El fenómeno Roca Rey es cada a vez una realidad más patente en la tauromaquia. El peruano no tiene igual en la taquilla y su arrojo y entrega, que son incuestionables, han creado una legión de incondicionales que abarrotan los tendidos allá donde torea él de Lima.
Los tendidos de Las Ventas han vuelto a dar cuenta de este fenómeno. Las gargantas rotas en la lidia al tercero dejan patentes que el público quiere a Roca y quiere su tauromaquia sin fisuras: cambiados por la espalda, circulares, arrimón, entrega, valor y una tauromaquia a prueba de bombas.
Sin embargo, no todo puede valer. Cruzarse los pitones no es para ponerse en pie… Sà no, que se lo digan a Román o Espada, con toros mucho más complicados. Por supuesto, nada es comparable y Dios nos libre de comparar a unos con otros… Pero la predisposición hacia algunos hace flaco favor a la fiesta.
La lidia al tercero, a la que hacen referencia estas lÃneas, ha sido de arrojo y valor total del peruano, innegable. Al César lo que es del César y al torero lo que es suyo, ni más ni menos, lo justo.