Probablemente, desde hace años, no se vivÃa un inicio de San Isidro tan exitoso desde el punto de vista de la taquilla, y es que, con la llegada de la segunda corrida de toros de la feria llega el segundo “no hay billetes†del ciclo. Todo ello motivado, sin cuestión alguna, por la composición de un cartel rematadÃsimo tanto por toreros como por la ganaderÃa.
Garcigrande llega a las Ventas manteniendo su elevado caché como una de las casas ganaderas con mayor regularidad en los últimos años. Los toros que pastan en la finca de Alaraz han propiciado numerosos triunfos en las principales plazas del paÃs en las temporadas más recientes lo cual convierte que su presencia en este cartel de figuras lo convierta en uno de las combinaciones de la feria.
Es incuestionable que gran parte de todos los que acudirán a la plaza lo harán con las ilusiones y deseos puestos en que el diestro de la Puebla los deleite con su torerÃa. Con la resaca de Sevilla todavÃa muy presente en la mayorÃa de los aficionados (algo inevitable), Morante de la Puebla llega a Madrid con las expectativas por las nubes y con una regularidad extraordinaria siendo capaz de extraer y formarle un interesante trasteo a cualquier animal que tenga delante. Por su parte, Emilio de Justo regresa a la capital del toreo un año después de su gravÃsimo percance el Domingo de Ramos. Madrid le quiere y le espera con muchas ansias tras las tres últimas puertas grandes logradas en el coso venteño a base de valor, temple y una inigualable ejecución de la suerte suprema. Y cierra cartel Tomás Rufo, uno de los jóvenes toreros que ya se ha ganado por méritos propios acompañar a las figuras en los carteles de postÃn. Tras su primera salida a la calle Alcalá como matador de toros en el pasado San Isidro y tras repetir puerta del prÃncipe en Sevilla dos años consecutivos, el toledano llega lanzado a una plaza que buscará volver a emocionarse con su concepto.
Tres toreros, tres conceptos y una ganaderÃa de máximas garantÃas conforman un cartelazo de ensueño. Suerte para todos.