La feria de San Isidro comenzó en su máximo esplendor. Tarde de lleno absoluto, de campanillas, con un cartel de figuras y una alternativa de lujo con Santa Coloma.
San Isidro trajo consigo los tendidos llenos. Esos que durante la temporada recogen polvo se llenaron de galanterÃa para que vuelva la división de opiniones a hacerse patente en el coso de la calle Alcalá.
Mientras unos aplauden y corean al torero, otros exigen colocación, exigen seriedad en los corrales o, simplemente, actitud en la primera plaza del mundo. Un contraste que se traduce en bronca tras bronca. Tendidos enfrentados en defender una tauromaquia que cada vez dista más de la opinión de unos y otros.
Ni tanto ni tan calvo. El mal social del enfrentamiento se hace cada vez más patente en Las Ventas. Sin embargo, la discrepancia da paso a la descalificación y al insulto. Parece, sin defender a ninguna de las dos partes, que aplaudir siempre está permitido, pero protestar no es legal.
Madrid, a dÃa 1 de este San Isidro 2023… Veremos cómo acaba la feria.