La Fundación Toro de Lidia ejerce una importante labor didáctica a través de redes sociales. Hoy han publicado un interesantÃsimo hilo sobre el origen de las rayas en las plazas de toros, en el dÃa que se cumplen 64 años desde la primera vez que se utilizó:
«Hoy os vamos a hablar de las rayas de picar. Para todos nosotros esas rayas son ya inamovibles, pero no siempre fue asÃ.
Coincidiendo que hoy, 11 de abril, se cumple el 64 aniversario de la instauración de la segunda raya de picar, en este hilo te contamos su historia.
Hace más de 100 años no se dibujaba ninguna raya. Los picadores, con caballos sin petos, tendÃan a picar por seguridad cerca de las tablas.
Pero el reglamento les obligaba a salir de ahà y los aficionados valoraban la salida hacia los medios como prueba de valor.
Ojo a lo que decÃa el reglamento de Málaga de 1847!
“Los picadores están obligados al salir al menos hasta seis varas distante de la barrera en busca del toro, cuando la suerte lo requiera; faltando a esto pagarán doscientos reales de multa, o sufrirán 15 dÃas de cárcelâ€.
Esta situación provocó un contencioso que se saldó a favor de los picadores. En 1908 se pintó el cÃrculo concéntrico por primera vez en Zaragoza, si bien no se impuso hasta el Reglamento de 1923. Una lÃnea que no podÃan sobrepasar y que a partir de 1930 se bautizó como “tercioâ€.
Un 11 de abril de 1959 el Ministerio de Gobernación dio orden de pintar una segunda raya concéntrica, a propuesta de Domingo Ortega.
Todo con el objetivo de comprobar la bravura del toro al arrancarse al caballo y evitar que los toreros metieran a los toros debajo de caballo.
La primera vez que se empleó la segunda raya fue en Madrid el 19 de abril de 1959. Ese dÃa pasó a la historia después de que el toro “Tontuelo†de Sánchez Fabrés tomase la friolera de 7 varas, derribando en 6 ocasiones. Fue premiado con la vuelta al ruedo«.