El primer festejo de la temporada de Morante de la Puebla, el primero de sus seis en Sevilla, no salió como esperaba. El inválido juego de los toros de Núñez de Cuvillo no dieron opciones de lucimiento y dio voz a quiénes no tragan al cigarrero.
Morante de la Puebla abrevió. Probó los animales, trató de tapar sus defectos y tras las pruebas pertinentes, montó el estoque y terminó con la agonÃa de unos tendidos en los que resonaba un murmullo poco habitual.
Tras esto sonaron pitos y se dispararon las crÃticas en ciertos ambientes. Un hecho que ha abierto el debate entre abreviar las faenas o alargarlas hasta sonar los avisos. Una delgada lÃnea en la que se llegan a entremezclar los argumentos de quiénes exigen intentar la lidia y quiénes piden no alargar hasta sonar los avisos.
Un debate candente, de actualidad. Muchos aficionados exigen que las faenas no se estiren sin sentido hasta casi sonar los avisos en la lidia. En esta misma lÃnea, la Fundación Toro de Lidia en sus circuitos, resta 0,5 puntos por cada aviso a la puntuación final.
En el medio está la virtud, en nuestra opinión. Nunca hay que alargar de más la faena pero, en el caso de no haber animal, tiene sentido tomar el estoque y no prolongar una faena que no va a tomar vuelos.