Hoy se cumplen 95 años de un extraño episodio que sucedió en la ciudad de Madrid. El 23 de enero del año 1928 un toro de Luis Bermúdez escapó junto a una vaca mientras eran transportados por la carretera de Extremadura.
Cerca de tres horas anduvieron por la ciudad, recorriendo las calles del casco antiguo de Madrid; entrando incluso en el Mercado de San Ildefonso. Finalmente, el matador de toros «Fortuna» quién paseaba por Gran VÃa, lanceó al animal con su capote, antes de estoquearlo.
Asà ha recordado la FTL lo sucedido a través de un interesante hilo en la red social Twitter, dónde recoge cómo se sucedió el incidente:
«Hoy se cumplen 95 años desde que ocurrió un hecho insólito en Madrid. El dÃa en el que la Gran VÃa se convirtió en una improvisada plaza de toros.
El 23 de enero de 1928, durante su traslado hasta el matadero de Legazpi, un toro y una vaca de la ganaderÃa de Luis Bermúnez, decidieron ‘hacer turismo’ por Madrid. A la altura de Virgen del Puerto, los animales (moruchos) emprendieron una huida por las calles de la ciudad.
Durante cerca de tres horas recorrieron el Puente de Segovia, Cuesta de San Vicente, Plaza de España, Leganitos, Corredera Alta de San Pablo y Gran VÃa. Según la crónica de @abc_es hubo 3 heridos, una mujer de 66 años, un ordenanza de la comisaria del Hospicio y otro transeúnte.
Controlada la vaca, el toro, “negro, grande y desarrollado de pitones†llegó a Gran VÃa. Junto al número 13 se encontraba paseando Diego Mazquiarán “Fortunaâ€, matador de toros de Sestao y del que decÃan que era un maestro del volapié.
Despojado del abrigo, lanceó al toro hasta controlarlo.
¡Traedme un estoque!, pidió. Desde el Casino Militar le facilitaron un sable, que rechazó por impropio. Era torero, no matarife. Por ello, encargó a un mozo a que fuera a su casa a recoger su espada.
Quince minutos después, lo estoqueó.
La muchedumbre rompió a ovacionarle. Desde los balcones pedÃan la oreja y lo izaron a hombros hasta la calle Alcalá. Incluso pidieron firmas para que le concedieran la Cruz de Beneficencia. Y el héroe posó orgulloso con la multitud«