Por Noelia Crespo
Todos los que ayer estuvieron en Sevilla salieron seguramente tan asombrados como maravillados por un pequeño niño torero que va camino de ser alguien importante en la tauromaquia. El tiempo lo dirá, pero la ilusión que genera Marco Pérez en los aficionados recuerda a otras épocas.
Su triunfo no es flor de un dÃa, y es que, desde hace ya varios años, podemos ver en la joven promesa salmantina a un torero destinado a mandar en el toreo. Su capacidad con tan solo quince años no deja de asombrar a maestros, profesionales de todas las categorÃas y aficionados de todas partes del mundo. Abrió la Puerta del PrÃncipe cortando un rabo en la Maestranza de CaballerÃa de Sevilla, algo que podrá contar en un futuro y que muy pocos serán capaces de lograr. Que sÃ, que era un festival, pero la dimensión del charro alcanza cotas que muchos toreros actuales quisieran alcanzar y ya copa las principales portadas de los portales y periódicos.
Habrá que tener paciencia, pues no deja de ser un becerrista al que habrá exigirle como lo que es, pero su impacto es algo inaudito. Era su primer gran acontecimiento ante una plaza de primera repleta hasta la bandera y con multitud de figuras acompañándole en el cartel, y no solo no se arrugó, sino que enloqueció al coso hispalense como hacia tiempo que no se veÃa. El 12 de octubre del 2022 pasará a la historia y quien sabe si dentro de un tiempo nos acordaremos de esta fecha como una de las primeras grandes tardes de la génesis de una máxima figura.
Como salmantina, ojalá con el tiempo se convierta en la necesaria figura del toreo charra que tanto añoramos y tan beneficioso serÃa. Camino de ello va. ¡Qué orgullo!