Morante de la Puebla sigue dando que hablar y es que su nombre lleva apareciendo durante toda la semana en la prensa especializada. Después del alboroto de Albacete dónde fue despedido a almohadillazos por algunos energúmenos. Su paso por Salamanca dejó un aroma de faena eterna.
El de La Puebla volvió a apostar con fuerza por el hierro de Francisco Galache como ya hiciera el pasado curso en La Glorieta. Poso y toreo de aroma añejo. Dos faenas de categorÃa que no encontraron la rúbrica en el palco, aunque en este caso los trofeos fueron lo de menos.
Morante mostró un registro arrebatado en el coso salmantino. Cuajó dos faenas de genio puro, románticas, añejas… En esta semana de infinidad de crÃticas, el cigarrero volvió a demostrar porque sigue llenando cosos dÃa tras dÃa. Su personalidad única y diferente a todos los registros conocidos en la actualidad, ofrece algo inexplicable en las tardes de máximo esplendor del espada.
Su paso por Salamanca muestra por qué los trofeos pueden quedar en un segundo plano. Su toreo, tan clásico como personalÃsimo va a hacer que ambas faenas, en especial la segunda, sean difÃciles de olvidar para todos aquellos que tuvieron la fortuna de poder vivirlo.