La ganaderÃa de Francisco Galache puso a todo el mundo de acuerdo ayer en Salamanca. Esta divisa, santo y seña del campo charro salmantino, ha vuelto a mostrar que los encastes minoritarios merecen oportunidades porque a diferencia de lo que piensan algunos… sà que embisten.
Vaya si embistió la de Galache. Cada uno con sus virtudes y defectos, pero con un conjunto de muchas oportunidades, con exigencia, vendiendo cara la embestida porque claro, estos toros exigen que se hagan las cosas bien. Mención aparte merece el segundo de la tarde, un toro exquisito de nombre «Chillón», herrado con el número 23. Vuelta al ruedo que podrÃa haber sido algo más visto cómo está el patio de los indultos esta temporada.
La divisa charra llamó ayer a la puerta de los grandes ciclos; mereciendo entrar en algunas de las ferias de mayor importancia del paÃs. Morante de la Puebla ha sido el precursor de la resurrección de uno de los hierros predilectos para las figuras del escalafón de mediados del siglo pasado. Antonio Bienvendida, Paco Camino, Curro Romero o El Viti entre otros muchos, eran asiduos en la ganaderÃa.
Sin embargó, el cambió que imperó en la tauromaquia a partir de los años 80, en los que se comenzó a criar un toro más del gusto de los toreros condenó a la divisa charra al ostracismo. Los galaches quedaron relegados de los carteles de postÃn, sumiéndose en un largo letargo que parecÃa no tener fin.
Su exquisito paso por Salamanca durante dos años consecutivos, sumado al buen juego en diversos festivales y festejos de la temporada, coloca o deberÃa colocar a la ganaderÃa en la rampa de salida para 2023. Veremos sà se hace justicia o no.