No han sido ni una ni dos veces, las ocasiones que he escuchado aquella famosa frase de: «La fiesta la jodemos entre todos. Los peores antitaurinos están dentro» y cada vez pienso que puede llegar a tener una mayor verdad de la que siempre le he dado.
Esta última semana hemos vivido de manera intensa el toro de La Vega, hemos vuelto a los medios de comunicación, a los telediarios y a todas las primeras planas. Sin embargo, hemos vuelto en el sentido equivocado, desde la polémica y con una claro sectarismo cargado de contenido ideológico que sólo busca adoctrinar mentes y generar nuevos individuos contrarios a la tauromaquia.
Pues bien, sà la situación ya es bastante desagradable, tenemos que sumar a un gran número de aficionados que se identifican como tal y que luego, se manifiestan públicamente contra el toro de La Vega. Miren ustedes, su ignorancia de esta ancestral fiesta de Tordesillas, siendo uno de los patrimonios culturales de mayor arraigo y antiguos de nuestro paÃs, da alas a toda la bandada de buitres animalistas que han merodeado la celebración de esta fiesta vallisoletana buscando carroña.
Primero lograrán prohibir el toro de La Vega, que ya en cierto sentido lo han logrado. Esta será su primera gran victoria y, a partir de ahÃ, atacarán los Bous al Carrer, los Bous a la Mar, los toros embolados, los encierros, la sueltas de reses, las novilladas, las corridas de toros, las capeas… toda quella fiesta que lleve el sello del toro implÃcito en su ADN.
A todos aquellos que no defienden el toro de La Vega o cualquier otro tipo de festejo con el toro como protagonista, habrÃa que recordarles que todas estas manifestaciones forman parte de una fiesta llamada tauromaquia. La tauromaquia no es sólo el festejo reglado en la plaza, la fiesta del toro es toda aquella manifestación popular que cuenta con un animal bravo y frente al que libremente se sale a jugarse la vida.
En el momento en que dejemos de defender alguna de todas las patas que componen el puzzle de la fiesta brava, habremos abierto la puerta a que la tauromaquia desaparezca. Por tanto, no podemos dejar que existan taurinos antis, es necesaria la reconversión y la comprensión de la tauromaquia en todas las vertientes. Sólo asÃ, estando unidos, lograremos defender nuestra afición, nuestro modo de entender la vida y todos los valores que la tauromaquia conlleva en sà misma.Â