La intrahistoria del festejo de Melilla, por Gonzalo Caballero

Transcurridas más de 24 horas desde que El Cordobés, El Fandi y Gonzalo Caballero abandonasen en volandas La Mezquita del Toreo en Melilla, el espada madrileño ha querido desvelar lo duro y complicado que ha sido sacar adelante una tarde tan importante como el regreso de la tauromaquia a la ciudad autónoma. 

A través de redes sociales, Caballero ha relatado de manera extensa lo sucedido desde que recibió la llamada de Antonio Criado, máximo responsable del regreso de los toros a Melilla por el 75 aniversario del coso. 

«La historia de la corrida de ayer es algo de lo que me sentiré orgulloso toda la vida. Todo comenzó con una llamada desesperada hace menos de dos meses de alguien que no conocía, Antonio Criado.

Otro año más los políticos nos dejan sin toros y Melilla no se lo puede permitir. Este año es su 75 aniversario. ¿Tu me podrías ayudar? Con un trabajo descomunal, infinidad de llamadas,la colaboración del pueblo de Melilla y de su presidente sacamos todo adelante y sobre todo con el respaldo de mi gran amigo Pedro Capote. Varias amenazas de suspenderse y muchos mensajes de «Ã¡nimo» que nos calificaban de proyecto suicida o de idea ruinosa. 

En la presentación nos dirigimos a los melillenses contándoles la historia y diciéndole que el toreo siempre presume de ser la fiesta del pueblo pero que verdaderamente está corrida sí que era del pueblo de Melilla y para el pueblo de Melilla, y así lo demostraron desde el primer día que salieron las entradas a la venta. No podría resumir la lucha,el trabajo y el esfuerzo que hemos realizado. Nunca había conocido a alguien como Antonio Criado luchar porque se pudiesen dar toros en su ciudad de forma desinteresada. 

También quiero agradecer especialmente a Chema Díaz porque sin él nada habría sido posible, un apoderado como pocos ha habido nunca en el toreo.

Ayer todo mereció la pena. El resultado fue un lleno en los tendidos y una afición disfrutando de su Fiesta y sus tradiciones. Un éxito absoluto. Dar las gracias a los maestros y al ganadero Juan Albarrán y sobre todo al equipo de personas que ha trabajado en Melilla de forma desinteresada«.