La vuelta de los toros a Melilla ha sido un éxito rotundo. Más allá de los trofeos y el resultado artÃstico de la tarde, el máximo triunfador ha sido el pueblo melillense y la propia plaza de toros. Un lleno de no hay billetes ha puesto de manifiesto que la tauromaquia no está muerta en la ciudad autónoma, ni mucho menos.
«El Cordobés» cerró su paso por Melilla con tres orejas, mientras que El Fandi cortó tres orejas y un rabo. Por último, Gonzalo Caballero se llevó las cuatro orejas de sus dos toros.
El 75 aniversario de la Monumental Mezquita del Toreo, en la Feria de la Virgen de la Victoria, ha desacreditado a todos aquellos que durante las semanas previas al festejo arremetieron con el mismo. Ahora, sus mentiras sobre la falta de afición en Melilla, han dejado a la luz que de nuevo, la capacidad censora de estos grupos polÃticos y formaciones financiadas son papel de fumar. Melilla sigue con mecha taurina.