Antonio Ferrera es un hombre diferente, un torero distinto. A comienzos de temporada el diestro extremeño lució un capote azul que levantó las suspicacias de muchos aficionados, antes de que se confirmase qué el motivo era solidarizarse contra el autismo infantil a través de la campaña «El toreo se viste de azul».
En esta ocasión, a falta de una pronunciación oficial del diestro al respecto, todo apunta a que el capote verde con las vueltas en un tono verdoso un punto más claro, se trata de una iniciativa por la enfermedad ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica).
El color verde es, desde el año 2019, el color que da visibilidad a esta enfermedad. Desde la Fundación Luzón, se lanzó una campaña en el año 2019 para iluminar monumentos públicos con una luz verde, concienciando y dando visibilidad a esta complicada enfermedad.
Además, hay que recordar que el chupinazo de este 2022 en Pamplona lo lanzó Juan Carlos Unzue, pamplonica de cuna y diagnosticado de esta enfermedad hace unos meses. Una razón que pudo animar a Antonio Ferrera a tener este gesto con los enfermos de esta enfermedad. El torero extremeño siempre ha estado involucrado en causas benéficas y sociales y ayer los demostró por partida doble: Primero por el capote verde y después, donando todos sus honorarios de la encerrona a la Casa Misericordia de Pamplona.
