Diego Urdiales atendió ayer los micrófonos de Radio Nacional de España, en el programa El ClarÃn dirigido por nuestro compañero Rafa GarcÃa. El diestro de La Rioja fue el protagonista de la noche con una sincera entrevista en la que analizó su ausencia en las próximas Corridas Generales de Bilbao.
Urdiales habló con sinceridad y elegancia de los motivos que le han llevado a no verse anunciado en la cartelerÃa de una de sus plazas talismán y en una de la que más cariño le profesan los aficionados: «No me gusta entrar en detalles porque me parece de muy mal gusto pero lo que tengo claro es que estoy muy tranquilo porque si la gente de Bilbao supiera el ofrecimiento que me han hecho estoy convencido que estarÃan de mi lado«.
Preguntado por las negociaciones, el torero expuso que la empresa tan sólo le llamó dos veces con una propuesta muy concreta y sin posibilidad de negociación. Debido a ello, en ningún momento se entablaron conversaciones económicas, ya que todo quedó sobre el papel: «Hubo un par de llamadas y el ofrecimiento fue muy concreto. Demasiado concreto para lo que yo considero que he conseguido en esta plaza. Sà he podido escribir alguna página importante de mi carrera en las plazas, indudablemente ha sido en Bilbao. Es mi plaza y todo el mundo lo sabe. Es evidente que merezco un trato respetuoso y en este caso no se ha estado a la altura (…) A los motivos económicos ni siquiera hemos llegado. Han sido motivos artÃsticos. Han ofrecido concretamente algo; demasiado reducido a la elección y al poder abrir la boca. Creo que tengo derecho a abrir la boca en una negociación por lo menos en esta plaza«.
Cuestionado por el sentimiento que le ha generado no anunciarse en el nuevo BIVA Bilbao, el diestro riojano se ha mostrado muy claro al respecto: «Ten por seguro que no estoy allà por un capricho. Bilbao es mi plaza y tengo mucho cariño a esa afición que tantÃsimo me ha dado y con los que he vivido tantos momentos de emoción y tardes inolvidables. Eso queda grabado en la historia del toreo en esa plaza y en la mÃa personal. Debo de ir, por lo menos, con la conciencia tranquila de sentirme respetado«.