La tarde de Guijuelo en la que el maestro El Niño de la Capea reaparecÃa por sus cincuenta años de alternativa, dejó momentos de gran emotividad. No sólo por la faena, en la que nada acusó el matador la edad y los años de inactividad, sino por el conjunto de la tarde.
Finalizado el festejo, El Niño de la Capea se sentó en una silla dentro del coso salmantino y esperó a que sus nietos le cortasen la coleta, en un gesto emocionante y que dejó escapara más de una lágrima en los tendidos y en el propio albero de la plaza.
Remitimos el vÃdeo.Â