Jesús Enrique Colombo ha vivido las dos caras de la misma moneda durante su actuación en la undécima corrida del abono madrileño. El espada venezolano ha vivido una diversa división de opiniones durante los dos tercios de banderillas, con grandes ovaciones y severas pitadas.Â
Mientras unos achacaban la espectacularidad y la fuerza en la ejecución de los palos, otra parte de la plaza criticaba lo colocación del cuerpo, a toro pasado.Â
La polémica se trasladó a los aledaños de la plaza, dónde se discutÃa -siempre desde el respeto y la educación- sobre la eficacia o la mala colocación. Ciertas son ambas cosas; tanto la espectacularidad como la «mala» colocación. Cada uno que saque sus conclusiones.