No arremetan contra Diego GarcÃa y VÃctor Gernández, ellos no tienen culpa alguna en el bochorno que se está viviendo en la plaza de toros de Las Ventas. Un coso irreconocible que abandonó su personalidad y exigencia en favor de un triunfalismo barato de poca monta. Una deriva preocupante a escasos dÃas de que comience San Isidro. Madrid debe volver a ser la plaza que lo da todo y la que también lo quita; la del rigor y la seriedad.
¿Qué está pasando en los tendidos de la plaza de toros de Las Ventas? Esta comienza a ser una pregunta recurrente en este inicio de campaña en Madrid. Dos puertas grandes muy baratas y la sensación de que el esfuerzo ya no tiene recompensa, sino que cualquiera puede tocar la gloria sin esfuerzo. Si el triunfalismo barato se instala en la capital del toreo, en el faro de la temporada, la tauromaquia puede verse muy mermada. Sà no, tiempo al tiempo…Â
Urge una revisión en los tendidos, en los bien llamados aficionados. Aparte de exigir, hay que enseñar al nuevo público que, siguiendo las modas sociales, quieren ver algo único y nuevo como es la Puerta Grande de Madrid. Hay que explicar al público general por qué Madrid es diferente, por qué una puerta grande en esta plaza vale todo para un torero. Hay que convencerles de que dejen Instagram de lado y sepan apreciar la grandeza de unos versos en la muleta de un torero. La fuerza de un huracán, en el capote o el sabor añejo de un buen ron en la presencia del espada. Aprovecho que sale el tema de las bebidas espirituosas, para hacer un importante llamado: «Dejen los Cuba Libres para después de la corrida. Por favor».
Urge del mismo modo, una revisión en el palco y una equidad en los criterios. Las orejas deben volver a premiar las labores puras y sinceras que se ganan el corazón del aficionado; mientras que los falsos profetas acompañados de su séquito de fariseos, deben despedirse a pie y por la puerta de cuadrillas de la plaza. Este es el rigor de Madrid, lo que la hace única y diferente. Donde prima la verdad, el sacrificio y la pureza en su grado máximo de expresión, por encima de cualquier otra circunstancia.Â
Cuidado también, con atizar a quién no debemos; pues no son culpables de esta mamarrachada de inicio de temporada. Ninguno de los dos novilleros merece que las crÃticas se dirijan a su persona; ellos son parte afectada en este descalabro de Madrid. Ambos vinieron a Madrid a jugarse la vida y con la esperanza de tocar el cielo a hombros a través de la calle Alcalá. Vinieron con su verdad y su toreo, como hay que venir a Madrid. Repito no son parte implicada sino afectada, no lo olvidemos.
Afición y palco tienen una labor por delante muy importante en esta feria de San isidro. Devolver la categorÃa, el sabor y el respeto a la plaza de toros de Las Ventas. Devolverle ese lugar inmaculado al que sólo los elegidos tienen derecho a entrar y triunfar. Las tardes de gloria volverán, pero esa gloria tiene que llegar en el sentido pleno de su palabra y no en una expresión adulterada y devaluada. Estamos a tiempo.