Imagen: Victorino MartÃn
El campo bravo se está enfrentando a un fuerte enemigo este invierno: El clima. Las escasas precipitaciones que están cayendo a lo largo y ancho de la geografÃa nacional están sentando las bases de una primavera y un verano agónico en la dehesa.Â
Sà bien los ganaderos ya están sufriendo las medidas de los diferentes gobiernos, asà como el fuerte azote de la pandemia en las dos tortuosas temporadas celebradas de pandemia, la escasez de agua puede acabar por destruir los sueños e ilusiones de muchos ganaderos de bravo. Las economÃas de los diferentes hierros de la cabaña brava se encuentran en muchos casos en cifras preocupantes que la escasez de agua puede terminar por derrumbar.Â
La falta de agua, entre otras muchas afecciones, repercute en los pastos y el alimento de los animales; que tiene que ser sustituido por piensos y sucedáneos que salen del bolsillo de los ganaderos. Estos últimos meses de invierno, esperemos que las lluvias rieguen los campos y las dehesas.Â