Victorino Martín tras el rifirrafe con el tendido 7: «Grité: Haré lo que me salga de los cojones»

Victorino Martín tuvo el domingo en Las Ventas, un rifirrafe con el sector más duro de la plaza: el tendido 7. El ganadero mostró, una vez terminado el festejo, que la intransigencia y mala educación de parte de los aficionados de este tendido debía acabar. El de Galapagar hablaba de un ambiente muy duro en el coso de la calle Alcalá durante toda la tarde, que le llevó a tener un encontronazo con aficionados durante la lidia de uno de los animales.

Corría el tercero de la tarde y Victorino aplaudía al animal, hasta que varios aficionados le increparon las palmas y le gritaron para que dejase de hacerlo. El ganadero se revolvió y les espetó un: «Haré lo que me salga de los cojones», que tuvo como respuesta un aluvión de reproches y malas palabras desde diversos sectores de la plaza.

Hoy el ganadero ha repasado en Onda Madrid lo sucedido, hablando claro y con rotundidad: Victorino en Onda Madrid: «El ambiente en Las Ventas es muy duro. Una parte del público es muy intransigente. Es desagradable ver toros así. A la parte dura del 7 hay que decirle que ya está bien. Protesten y exijan con educación y el respeto. Es perjudicial y no me voy a callar.

Como ganadero, como abonado… me duele Las Ventas. Se puede exigir, pero no de esta forma. Me han llegado a gritar que no aplaudiera durante la lidia del tercer toro. Me revolví y les grité que haré lo que me salga de los cojones. No pueden destruir esta plaza. Siempre he respetado a quien pide un toro íntegro, una lidia auténtica, pero hay que denunciar y decir estas cosas, yo creo que lo pensamos todos y pienso que ya está bien. Las Ventas se está convirtiendo en una jaula de grillos, en un manicomio.

Después vienen las tragedias y todos nos damos golpes en el pecho, pero ¿se respeta a quienes están en el ruedo? Yo esta falta de educación no la voy a aguantar más. Si me callo, soy cómplice. El 7 ha sido muy importante para Las Ventas pero ya hace tiempo se están pasando. Me sentí a gusto en Sevilla. Me criticaron, esperaron o aplaudieron, pero con educación.  Me duele que en Las Ventas sea distinto, que no haya respeto y la plaza se convierta en una jaula de grillos. El domingo fue una locura y cuando viene una figura, pues ya…».