Durante el histórico concurso de recortes de Castellón, se vivió uno de esos momentos en los que un ángel del cielo obra el milagro para evitar una durÃsima cornada. Durante uno de los quiebros, rodillas en tierra, el toro enterró el pitón a la altura del pecho del corredor, levantándolo con violencia. Sin embargo, cuando todo el mundo temÃa lo peor, el joven profesional cayó de pie y pudo huir a la carrera, habiéndose librado milagrosamente de una cornada que se antojaba durÃsima.