EntretenidÃsimo coloquio taurino el que hemos podido compartir con Victorino MartÃn de la mano de David Casas. Cincuenta minutos de cultura taurina que nos han hecho más amena una tarde más de este confinamiento obligatorio que estamos padeciendo a consecuencia de la pandemia fruto del Covid- 19.
Comienza el ganadero de la “A†Coronada hablando de las corridas reseñadas para Sevilla y Jaén, que a dÃa de hoy siguen en las fincas esperando un futuro incierto. ConfÃa Victorino en que estos festejos se desarrollen al final del año, pero todo dependerá de la evolución de la pandemia que nos azota. Toda esta situación, provoca un estrés en los ganaderos que se enfrentan a una camada de cinqueños que dentro de pocos meses pasarán a tener seis años y ya no podrán ser lidiados en un ruedo. Muchos han optado por llevar la camada al matadero, otros por matarlos a puerta cerrada y crear sementales que puedan padrear en el campo… y otros se venden para las calles. La situación es grave y cada ganadero está optando por afrontar la situación de la manera más eficiente para su ganaderÃa.
Preguntado por David Casas entorno a la pérdida económica que esta situación va a provocar en el sector, Victorino es muy claro. Afirma que las pérdidas van a ser muy amplias. En primer lugar, porque los ERTES no se pueden aplicar en las ganaderÃas bravas ya que los animales siguen comiendo todos los dÃas. En segundo lugar, porque todas las corridas reseñadas que se quedan en casa no se venden y hay que seguir manejándolas y cuidándolas… y no se recibe dinero de ingresos puesto que no hay ventas. En último lugar, los ganaderos que optan por llevar las reses al matadero, obtienen un rédito entorno al euro, euro con cincuenta céntimos por kilo de carne. Sà de cada toro se pueden vender del orden de los trescientos kilos de carne y cuesta criarlo entorno a cinco mil euros, las cuentas no salen en el sector del bravo.
Sigue el coloquio pidiendo al ganadero que hable acerca de dos conceptos fundamentales en el mundo del toro: Casta y Bravura. Victorino define la primera de ellas como los atributos que definen la raza a la que pertenece el toro de lidia. La segunda, la define como la casta buena. Todos los atributos positivos que tiene el animal: que meta la cara, la duración, que se arranque de lejos al caballo o que repita en la muleta entre otros géneros. Sin embargo, el toro de hoy en dÃa puede no ser el más bravo de la historia de la tauromaquia, pero es el más trabajado, grande y cuidado.
Estos nuevos atributos del toro, hacen que la fiesta sea mucho más previsible. Además del papel que juega el animal, hay que sumar la repetición de carteles que se producen en multitud de ferias y plazas y que multiplican sà echamos la vista atrás en los últimos diez años. Uno de los problemas es que algunos toreros sólo matan cuatro o cinco ganaderÃas, retirándose en algunos casos sin haber salido prácticamente de un encaste. Además, el problema de la falta de aficionados en las plazas y el exceso de público hace que los carteles que se rematan en este aspecto, no tengan rédito en las taquillas.
A todo esto, hay que sumar que, a dÃa de hoy, muchos ganaderos han empezado a pensar que la bravura del animal se mide en la muleta y no en el tercio de varas. El primer tercio hace protagonista al animal -prosigue el ganadero- pero hoy en dÃa se “revienta†al toro en este primer turno de la lidia. Se empieza a considerar el tercio de varas como un trámite y al toro que aprieta se le castiga en exceso, llegando a la muleta sin fuerzas. Además, propone darle una vuelta a la puya actual, ya que hace excesivo daño y se emplea en algunos casos de mala manera. Hay que dar una vuelta de tuerca a la situación del tercio de varas porque tiene que formar parte de un todo Ãntegro.
La parte final se centró en la crianza del toro de Victorino MartÃn. La alimentación se realiza a base de forraje y algún suplemento para aportar mayor energÃa al animal; además, de todo lo que el animal come en su crianza extensiva. La base de su alimentación son las leguminosas y los cereales, sobre todo maÃz, cebada y avena. En lo referente a la utilización de fundas, el ganadero no se muestra excesivamente conforme con su uso. Las usa en algunos casos porque la crianza del ganado es cara y no se puede permitir perder muchos individuos de una camada. Sin embargo, haciendo un balance más global, vuelve a hacer referencia a la alimentación. Muchos ganaderos deben usarlos de manera prácticamente obligatoria por la alimentación que genera reacciones en el metabolismo del animal que genera picor en la zona de la asta. El animal, al frotar el cuerno repetidamente para aliviar ese picor, desgasta la asta llegando incluso a la cobertura ósea del interior del pitón. Por tanto, en algunos casos en los que se abusa de concentrados alimenticios, hace obligatorio ese uso de las fundas para evitar que las astas desgastados no permitan la venta del animal.
Cincuenta minutos de magia en los que Victorino nos abrió las puertas de su ganaderÃa; analizó la situación de la tauromaquia y nos hizo olvidar por ese periodo el incómodo confinamiento que estamos sufriendo. David Casas moderó de manera impecable este maravilloso coloquio que mañana tendrá un nuevo y apasionante capÃtulo.