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Las Ventas faltó en la Beneficencia al mandamiento del respeto

escrito por Álvaro Solano 13/06/2019

Hoy la plaza de toros de Las Ventas pecó. Faltó al mandamiento del respeto al toro y al toreo, a la integridad de la fiesta y sobre todo, a los matadores que se juegan la vida cada tarde en el albero del coso venteño y ,en especial, a Diego Urdiales, a quien desatendieron por completo durante la lidia del sexto toro de la tarde. Un cóctel codicioso y al mismo tiempo temible, iba invadiendo los tendidos del coso venteño antes de las 19:00 horas de la tarde. Un cóctel compuesto por alcohol, calor, sol y ganas de tener unos segundos de protagonismo; y claro… la reacción fue letal.

La tarde se desarrolló entre vítores al rey y a España, que por supuesto, nada tienen de malo y mucho tienen de bueno, pero claro, como todo en esta vida, es bueno en su justa medida. Sin embargo, durante la lidia del último toro de la tarde, con los estertores de los últimos rayos de sol azotando el tendido 6, el cóctel entró en erupción, generando una nube tóxica que contaminó Las Ventas. Uno tras otro se sucedían los «Viva el rey» y «Viva España» a lo que gran parte del público respondía: «Viva», sin descanso, como en una carrera de fondo a ver quien conseguía que más gente les siguiese y respondiese a su momento de gloria. El culmen fue cuando a estos gritos se les añadieron los «Viva el Betis», «Viva VOX» «Viva la madre que me parió» y multitud más de sandeces que me niego a escribir por vergüenza. Incluso, alguien atrevido se atrevió a gritar a voz rota, «Viva la República» y claro, la bronca se desató entre gritos de «Fuera, Fuera» y multitud de insultos que no vienen al caso, pero que se pueden imaginar. Pero los enfados no quedaron ahí,  iban creciendo en los tendidos como un incendio provocado que una vez sofocas una parte, surge un nuevo brote en otra. Primero bronca en el 5, alguna más leve en los de sombra, otra en el 8 y por supuesto, la monumental del 6 y la república.  Claro es que los reactivos, al mezclarlos, reaccionan, sin duda ninguna.

Es importante acordarse que entre todos estos despropósitos que iban sucediendo en los tendidos, había un hombre haciendo algo en la arena de la plaza de toros, era Diego Urdiales que se estaba jugando la vida ante un toro, pero claro el alcohol, el calor y el momento de gloria, son más importantes que el respeto que se debe a la tauromaquia, que se debe al toro y por supuesto, al torero. Hay que hacerse mirar el comportamiento del público en Madrid y repito, por sí no ha quedado claro del todo, del público y no de los aficionados que tarde tras tarde, desde su abono rinden pleitesía a la tauromaquia, con mejor o peor visión, con  errores y aciertos, pero siempre con respeto. Escuchaba a un antiguo abonado de Madrid decir en voz baja, tras pedir silencio en numerosas ocasiones al tendido, un escueto pero triste «Mañana volveremos a estar en familia, este despropósito se acabará». Es triste tener que hacer una distinción tan brusca entre aficionado y público en la primera plaza del mundo, pero es deber de todos la formación y transformación del público en aficionados, o por lo menos, transmitir un mínimo de respeto y decoro por la fiesta de los toros. Y por supuesto, es deber de todo aquel que acude a Las Ventas, o a cualquier otra plaza, mantener las formas y cuidar la presentación, pero sin lugar a dudas, lo más importante, tener educación.

Mañana deberían ser muchos los que escribieran, llamasen o mandasen un Tweet a cualquiera de los tres hombres que se jugaron la vida en Las Ventas y a los que ignoraron, pero sin duda a Diego Urdiales le deben una disculpa mayúscula porque lo sucedido en el sexto toro no tiene nombre. Ojalá, hagamos examen de conciencia y lo acontecido hoy en la plaza sea un descuido y no vuelva a suceder.

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