Con una corrida a beneficio de la Casa Hogar “La Divina Providencia†arrancó la parte taurina de la Feria del Caballo, en Texcoco, donde José Mauricio se alzó con una oreja y Ernesto Javier “Calita†debió pasear también un apéndice, pero el palco de la autoridad decidió no concederlo.
Vayamos por partes. La estética torera de José Mauricio es uno de los puntos fuertes de una tauromaquia que hoy se mostró sólida, entendiendo las condiciones de un toro de Xajay que tenÃa sus teclas y que desarrolló embestidas que supo aprovechar en trazos tan relajados como templados.
Al final del dÃa, la oreja fue ganada con toda justicia luego de una estocada de efectos rápidos. La sonrisa franca de un buen torero, pero sobre todo una gran persona, fue el mejor colofón de una actuación que deja en claro que pasa por un grato momento.
Y si de positivas etapas hablamos, está el caso de Ernesto Javier “Calitaâ€. El mexiquense cuajó una faena importante ante un ejemplar de Torreón de Cañas que fue exigente y mantuvo el interés con su comportamiento encastado. Saliéndole un pasito hacia adelante, con firmeza en los toques pero suavidad en los trazos, dejó naturales de buen calibre.
Media estocada fue la rúbrica de una labor que sobradamente merecÃa una oreja. Quizá la petición no terminó por ser rotunda, pero sà la hubo, y la autoridad debió conceder un trofeo que Calita habÃa trabajado arduamente para conseguir. Aquà también hay un torero para tomar muy en cuenta.
Lupita López mostró un toreo muy a la mexicana, variado en quites y, aunque despegadillla, con buen sabor en la muleta. El ejemplar de Marrón tuvo nobleza, asà que la yucateca logró confiarse para dejar muy buena impresión, menos en la suerte suprema, pues en ahà sà que se nubló. El toro poco le ayudó y pinchó en repetidas ocasiones, hasta escuchar los tres avisos.
Israel Téllez abrió plaza con uno de Venadero que ofreció emotiva pelea en varas, con bravura.. Animoso como de costumbre, el guanajuatense cubrió con soltura el segundo tercio y plasmó algunos buenos momentos con la tela roja, mostrando su oficio, pese a que el trasteo no consiguió llegar a grandes alturas ante un buen toro.
César Ibelles enfrentó a uno de Cerro Viejo al que quizá le faltó un puyazo. Tuvo el ejemplar su dosis de emotividad en las telas, aunque llegó a terminar con la cabeza a media altura, y el mexiquense dejó detalles de buen acabado, pero sin que terminara por existir mayor acoplamiento.
Durante la lidia del penúltimo se apagó el alumbrado artificial y se detuvieron “las acciones†hasta que retornara la luz. Con ese aire sevillano tan particular, Juan Pablo Llaguno plantó cara y regaló algunos trazos de buena calidad, pero el toro de San Marcos terminó deslucido y se vino a menos.
Antonio LomelÃn cerró el festejo ante el de La Concepción, un toro que le permitió dejar al menos la impronta de la clase que atesora, pues acudÃa a los toques y se movió, aunque ya después no rompió y todo quedó ahÃ, en medio del esfuerzo hacia el final de una tarde larga en la feria texcocana.
Primera corrida de feria. Plaza Silverio Pérez. Toros de diversas ganaderÃas; Venadero, Xajay, Torreón de Cañas, Marrón, Cerro Viejo, San Marcos y La Concepción, bien presentados.
Israel Téllez: Palmas.
José Mauricio: Oreja.
Ernesto Javier “Calitaâ€: Vuelta.
Lupita López: Tres avisos.
César Ibelles: Silencio.
Juan Pablo Llaguno: Silencio.
Antonio LomelÃn: Palmas.