Madrid rindió homenaje a uno de los toreros a los que Las Ventas se le dio todo y se lo quitó casi todo. Al minuto gélido de silencio se unió la calurosÃsima ovación que Madrid le brindó, el paseÃllo sin monteras, ni castoreños, ni música… El brindis de los tres novilleros… Pero hubo un precioso homenaje anónimo, alguien dejó un ramo de flores al fondo del patio de cuadrillas, al fondo a la derecha, en ese lugar tan Ãntimo, personal y querido por Iván Fandiño.
Allà se concentraba cada tarde que toreaba en Madrid el torero de Orduña. Cada tarde antes de arrancar el paseÃllo se recluÃa en su rincón personal para afrontar lo que venÃa por delante. Todas las tardes allÃ: las que pasó sin pena ni gloria, el dÃa de su gesta heroica de la encerrona, el dÃa de su rotundo triunfo en Madrid, tantas y tantas tardes que hicieron de ese lugar su pequeño hogar para Fandiño en Las Ventas.
Precioso este homenaje anónimo.