Abrió la tarde el remiendo de El Cortijillo. Un toro soso, descastado y falto de recorrido. Lo intentó Manuel Jesús «El Cid» que tras probar al animal por ambos pitones y no ver ninguna posibilidad de lucimiento, abrevió la faena pasaportando pronto al animal.
El segundo fue otro toro que no dio opciones de triunfo. Toro sin fuerza, sin ligazón y un tanto rebrincado. Se afanó el mexicano Joselito Adame sobre ambas manos en una labor de entrega y oficio.
Protestado de salida el tercero de la tarde por manso. Sin embargo, tras tomar los puyazos correspondientes, el animal fue a más, repitiendo, permitiendo ligazón y haciendo el avión en la muleta de Juan del Ãlamo. Comenzó la faena el salmantino con una gran serie rodilla en tierra en los medios del albero venteño. Faena templada, midiendo al animal, pudiéndolo y llevándolo por bajo. Tandas largas y profundas coronadas con sinceros pases de pecho que hicieron al público de Madrid levantarse de sus asientos. Gran faena del salmantino que se reencontraba con el público de Madrid. Coronó su actuación con una imponente estocada concediendo el palco una oreja y dejando la segunda en una atronadora petición. Dos vueltas al ruedo y ovación al animal en el arrastre y bronca monumental al palco tras no conceder la segunda.
El cuarto fue un animal imponente, tanto en presentación como en juego. Lo toreó despacio y con oficio El Cid en una faena que fue de más a menos. Destacaron unas tandas en redondo de gran gusto y torerÃa. Faena firme del torero de Salteras que se esforzó con un animal bueno. Mató de pinchazo y estocada saludando una ovación. También recibió una fuerte ovación el animal en el arrastre.
Faena larga y de muchos muletazos la de joselito Adame al quinto de la tarde. Toro firme que fue de más a menos en la muleta del mejicano y que respondió mejor a los engaños de la muleta por el pitón izquierdo. Se esforzó Joselito Adame frente a un descastado animal, mandando y pisando terrenos comprometidos. Los mejores pasajes llegaron en una tanda sobre la zurda. Mal con los aceros.
El público madrileño querÃa volver a vibrar con la muleta de Juan del Ãlamo y, si el se lo ganaba, permitirle atravesar a hombros la puerta de la gloria que el palco le habÃa negado. Se esforzó el salmantino desde el primer momento dejando un importante recibo capotero a la verónica. Con la muleta, y con el permiso del animal que tuvo ligazón, profundidad y un tanto de bravura, cuajó Juan del Ãlamo una faena de alquimista. Apostó por el animal el de Ciudad Rodrigo que que templó sobre ambas manos al animal, llevándolo lento, cerca y ligado. Tarde de compromiso entrega y sinceridad del salmantino, que cuando el toro se vino abajo, piso terrenos muy comprometidos en busca del triunfo. Se cobró una buena estocada, tirándose a matar de verdad. Oreja y rotundo triunfo en Madrid.