Desordenado e impredecible resultó el primero de la tarde, un toro que desarrolló genio pero al que la casta brilló por su ausencia. Se esforzó Eugenio de Mora que nada nudo hacer. Fue silenciado tras el mal uso de los aceros.
Noble pero sin terminar de entregarse fueron las notas del que hizo de segundo de la tarde. Morenito se esforzó toreando firme y profundo sobre ambas manos. Lo mejor llegó con la mano izquierda, templando y ligando con profundidad. Le faltó rubricar con los aceros. Saludó una caluroso ovación.
Aplomo y entereza de Román frente al tercero. Otro toro deslucido que no se entregó y que no quiso nada por abajo. El joven espada dejó algún muletazo suelto de buen sabor.
De bruces se dio Eugenio de Mora con el cuarto de la tarde, un toro deslucido y parado que no dio ninguna opción. Lo intentó el diestro que pronto cambió la espada años e la insistencia del respetable.
Con el buen quinto de la tarde abrió el casillero de orejas Morenito. Toro precioso, negro burraco, que se arrancó desde cerca de los medios al caballo. En la muleta se arrancó con prontitud y alegrÃa, fijando y humillando. Faena muy estética y de buen ritmo del burgalés que mostró disposición y buen que hacer por ambas manos, toreando con verdad y entereza. Quizás el animal pudo haberle permitido más. Pinchazo y estocada para arrancar la primera oreja de este San Isidro 2017. Fuerte ovación para el astado en el arrastre.
Expuso y arriesgó Román frente al sexto y último de la tarde, un toro brusco, rebrincón y desagradable. Entrega del torero que fue feamente volteado por el animal mediada la faena, afortunadamente sin consecuencias. Lejos de amedrentarse, echó el resto derrochando valentÃa. Se le atragantó la espada.
FICHA DEL FESTEJO
Eugenio de Mora: Silencio tras dos avisos y silencio
Morenito de Aranda: Ovación tras aviso / Oreja
Román: Silencio  /  Silencio y tras aviso
Imagen: Plaza 1