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Sangre, sudor y lágrimas… la novillada en Madrid

escrito por Álvaro Solano 23/04/2017

Se presentó una tarde muy calurosa en Madrid en el día que lidiaba una novillada la ganadería de Los Chospes. Flojo y de escasa presentación un encierro que no lograron entender los tres novilleros. Adrien Salenc fue el único que se salvó de tener que pasar por la enfermería.

 

Abrió la tarde un novillo hondo y noble que, si bien, resultó un tanto pequeño. Aseado Mario Palacios que logró algún muletazo suelto de gran sabor, aún así, se le escapó un animal que le habría permitido mayor lucimiento. Mató de un espadazo saludando una leve ovación.

 

A revienta calderas salió Miguel Ángel Pacheco en el primero de su lote saludando a la verónica de rodillas al animal. De igual modo comenzó la faena de muleta, rodillas en tierra, llegando aquí el primer susto de la tarde. Faena extraña que en ningún momento caló en los tendidos. Dejó una buena tanda por la derecha antes de ser empalado de nuevo. Mal uso de los aceros.
Palmas escuchó Adrien Salenc a la muerte del tercero de la tarde. Un animal soso, bajito y descastado. Dispuesto el novillero que nada pudo hacer frente al tosco novillo. Se escucharon algunos pitos al alargar la faena sobremanera sin tener ninguna opción. Mató de un buen espadazo.
En la línea de sus hermanos, pequeño y con fondo de nobleza, resultó el cuarto de la tarde. Apostó por exponer y arriesgar el novillero que lo pagó con una cornada cuando toreaba por manoletinas. La cuadrilla le aplicó un torniquete y pasaportó al animal con una estocada trasera. El presidente concedió una oreja ante la insistencia de un sector de la plaza y la lentitud de las mulillas. Muy protestado en la vuelta al ruedo el novillero y fortísima bronca al presidente. Sin duda, una oreja barata, pero oreja al fin y al cabo.
Flojo, pequeño y manso resultó el quinto de la tarde. Miguel Ángel Pacheco mostró mucho valor y ganas de triunfar, pero no terminó de comprender al animal y la faena no cogió vuelos. En un despiste el novillo le propinó una dura cornada. Pasaportó de un espadazo Adrien Salenc.
La faena al sexto tuvo dos partes. Una primera en la que el animal mostró un buen fondo de nobleza y en la que el novillero trazó tandas de buen hacer. A partir de aquí, el novillo fue a menos, quedándose sin fuerzas y cogiendo la medida al joven francés. Dejó una estocada arriba.
FICHA DEL FESTEJO
Mario Palacios: Ovación/Oreja (protestada)
Miguel Ángel Pacheco: Silencio/Herido
Adrien Salenc: Ovación/Silencio/Ovación
Imagen: Las Ventas
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