Arrancó la tarde con un minuto de silencio en memoria de los tres toreros fallecidos esta temporada: «El Pana», Renatto Motta y VÃctor Barrio. Después rompió el paseÃllo con los dos protagonistas: Julián López «El Juli» y Andrés Roca Rey.
Abrió la tarde un Garcigrande noble y que tuvo mejor pitón izquierdo. Brindó la faena a su compañero de tarde, Roca Rey y comenzó una labor de muletazos largos y templados. Toreó a placer sobre ambas manos dejando unos bellos molinetes de rodillas. Perdió premio con los aceros dejando un pinchazo y una media. Saluda una ovación.
VolvÃa Roca Rey a los ruedos y con el volvÃa la emoción y el miedo. Frente a su primero firmó un ajustadÃsimo quite por chicuelinas, Gaoneras y saltilleras. Ya en la muleta el toro flojeó y poco permitió al limeño, que ligó sobre la derecha en un alarde de intenciones. Se ajustó con unas manoletinas finales y dejó una estocada y golpe de descabello antes de ser silenciado.
Rajado, flojo y manso resultó el tercero de la tarde. Poco pudo hacer el madrileño frente a un oponente que buscó las tablas en todo momento. Aún asÃ, mostró su capacidad «El Juli» fijando y podiendo al animal. Labor que no llegó a los tendidos en ningún momento. Una pena. Silencio.
Triunfar o morir, asà salió Roca Rey frente al cuarto de la tarde. Recibió al toro con una serie de largas cambiadas de rodillas. Con la muleta encendió al público en los primeros compases; pase cambiado por la espalda y una espectacular arrucina sirvieron para abrir boca y levantar a la plaza de Acho. Siguió con una labor de aplomo, temple y torerÃa, pisando siempre los terrenos del animal. Los pies anclados en la arena al ejecutar cada pase: trincherazos, arrucinas, circulares… Faenón que coronó con una estocada algo caÃda que le valió para desorejar al animal.
Tocó pelo también «El Juli» frente al quinto de la tarde que pertenecÃa a la ganaderÃa de Domingo Hernández. De buen recorrido, ritmo y nobleza resultó el animal, que permitió lucimiento al madrileño que toreó varias tandas en circulares con la mano muy muy baja. Sobre la mano izquierda llegó la profundidad y lucidez de ideas. Gran faena del madrileño que dejó una estocada trasera, tocando pelo.
El último de la tarde anduvo muy justito de fuerzas y de raza. Firme el peruano que trató de tirar del animal y exprimirle hasta el último gramo de fuerza. Lo más destacable llegó sobre la mano derecha. Silencio.
Imagen: Aplausos