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El novillo que debió ser indultado

escrito por Álvaro Solano 08/02/2016

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El Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo ha comenzado con los primeros conflictos entre la grada y el presidente de la temporada, que no fueron pocos en la pasada.

Juan Diego comenzaba la tarde cortando una oreja del primer novillo Garcigrande. El público mayoritariamente comenzó a pedir el indulto para el segundo novillo, que estaba a manos de  César Jiménez. El presidente no hacía caso a la petición de la grada, y Jiménez dejaba pasar los avisos sin intención de matar al astado en un intento de retar al presidente. Una vez llegado al segundo aviso avisaron por megafonía que no era una plaza fija, y por lo tanto, no se podía dar un indulto. El novillero madrileño dejó sonar el tercer aviso entre los gritos de “si se puede”.

Cuando el novillo fue metido en los corrales se formó un gran revuelo creyendo que se le había indultado. Jiménez fue premiado con la vuelta al ruedo. Juan del Álamo cortó otra oreja y Álvaro Lorenzo saludó tras un fallo con la espada.

El ganadero de Garcigrande, Justo Hernández hablaba así de lo ocurrido: “El toro se ha ganado el derecho a la vida y un hombre se la ha quitado”. También decía que era el mejor novillo que había visto de la ganadería, hijo de Mosquetero, un toro indultado por Antonio Ferrera en 2011 en Olivenza. A pesar de esto, sigue ilusionado, tiene 20 o 25 hermanos de este novillo.

Imagen | La Suerte Natural

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