El torero Tomás Campos fue intervenido en la noche del dÃa de ayer de una doble fractura en la tibia y el peroné. La intervención en la madrileña localidad de Majadahonda, concretamente en la clÃnica FREMAP. El percance se produjo el pasado miércoles, también en la Comunidad de Madrid, en Cenicientos.
Tomás Campos
Por milÃmetros se salvó Tomás Campos de dos terribles percances en el ruedo de Las Ventas. El primero de ellos sobrevino durante la lidia al sexto de la tarde cuando el animal, tras un duro derrote, prendió por la taleguilla a la altura del muslo al diestro, elevándole en el aire en varias ocasiones. Afortunadamente, la mansedumbre del astado dejó todo en un tremendo susto.
Sin embargo, minutos después, en unas ajustadÃsimas manoletinas, el toro volvió a hacer presa, esta vez encajando su pitón dentro de la chaquetilla del espada. De nuevo y de forma milagrosa, el animal no encontró carne y todo volvió a quedar en un enorme susto.
Abrió la tarde Morenito de Aranda ante un toro sin ninguna clase en su embestida. Noble en los cites pero con la cara alta y sin decir nada. Mató de pinchazo, pinchazo hondo y tres descabellos. Ante el cuarto, mismo guión. Un astado sin clase alguna ante al que recibió a la verónica y ya en la muleta resultó arisco embistiendo con la cara alta. Falló con los aceros y fue silenciado.
Mayor calidad tuvo el segundo de la tarde para Juan Del Ãlamo. Lo citó desde los medios y se arrancó desde lejos. La siguiente por el derecho tuvo largura y ligazón. En las siguientes series el recorrido fue menor y volvió a levantar faena en las manoletinas de cierre. Mató de entera y saludó ovación. Comenzó faena del quinto pegado a tablas y fue otro astado sin clase alguna en su embestida ante el que estuvo muy firme y muy dispuesto. La estocada entró entera y saludó ovación.
El castaño tercero fue aplaudido de salida por sus buenas hechuras pero no respondió en juego. Muy parado y sin celo alguno, Tomás Campos apostó por el arrimón y se jugó el tipo. Lo enganchó de la taleguilla en primer lugar y el pitón le atravesó la chaquetilla en las manoletinas de cierre. Le fue complicado matarlo con el astado pegado a tablas y necesitó del descabello. El que cerró plaza se movió aunque sin calidad y permitió a Tomás Campos mostrar nuevamente una gran disposición. Necesitó del descabello.