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Reportaje

Texto: RICARDO FUERTES (Vida de bravo)

Imágenes: NACHO BLASCO (Vida de bravo)

Viajamos hasta tierras gaditanas para adentrarnos en «Las Cobatillas», donde pastan los toros de Ana Romero. Bastión del encaste Santa Coloma, aunque con el sello propio que la familia Carrasco-Romero ha imprimido a su vacada desde que en el año 1958, y aconsejados por su buen amigo don Joaquín Buendía Peña, adquiriesen un tercio de las madres de Alipio Pérez-Tabernero.

Desde Salamanca hasta Alcalá de los Gazules viajaron las vacas ibarreñas de don Alipio, a las que añadieron sementales más asaltillados de Joaquín Buendía, para unir las dos ramas del encaste Santa Coloma; sangre que por aquel entonces era predilecta de todas las figuras del toreo.

Durante los primeros años, fue don Joaquín Buendía quien ayudó a la familia en todas las tareas de la ganadería y de selección. Su tremendo conocimiento del encaste y la gran afición de doña Ana Romero, hicieron que poco a poco terminasen por enamorarse de las peculiaridades del ganado de Santa Coloma y lo mantuvieran hasta día de hoy, cuando su hijo Lucas Carrasco es el encargado de mantener la divisa que crearon sus progenitores hace ya más de sesenta años. 

El toro de Ana Romero tiene unas particularidades y una expresión que lo hace único. Son toros cortos, bajos, reunidos, muy armónicos, degollados, con una mirada de gran expresividad y que a pesar de no ser animales con encornaduras muy desarrolladas, les confieren una tremenda seriedad. La combinación de sus pelos cárdenos en todas sus variedades, con la belleza del campo gaditano hacen que pasear por «Las Cobatillas» sea un auténtico deleite para los ojos.

Desde los inicios, siempre han mantenido la misma filosofía de mantener una ganadería corta con alrededor de 100 vacas madre para poder tenerla siempre en la cabeza y muy controlada. La selección de las vacas es esencial, puesto que en ellas recae el mayor activo de la ganadería. Para realizar dicha selección es fundamental el comportamiento en el caballo, al que deben acudir galopando y con verdad varias veces, pero también la entrega, el recorrido y la humillación en la muleta son características indispensables para poder superar el duro examen del tentadero. No suelen tener sementales fijos para poder abrir líneas y suelen padrear toros con dos o tres años – elegidos por su morfología y por su familia – y que después son lidiados.

El toro de Santa Coloma y particularmente el de Ana Romero, es un toro con mucho interés para el aficionado y para el torero, puesto que todo lo que se le hace tiene un enorme valor. El maltrecho sistema actual ha relegado a esta ganadería – y otras muchas – al mercado francés y de la zona norte de España, pero siempre fue un hierro de garantías para las mayores figuras del escalafón. Uno de los éxitos más sonados de la divisa amarilla y celeste, fue el indulto del toro «Marquito» en Granada y en manos del maestro Ortega Cano. Importante hito en una época en las que escaseaban los indultos y fundamental para el devenir de la ganadería, puesto que «Marquito» volvió al campo para dejar una importante descendencia.

Agradecemos enormemente el trato recibido por don Lucas Carrasco y desde estas humildes líneas queremos desearle toda la suerte del mundo para que esta ganadería vuelva al lugar que merece en una fiesta en la que el toro debe ser siempre el protagonista.

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10/04/2021 0 comentarios
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Texto: RICARDO FUERTESVida de bravo | Fotografía: NACHO BLASCO


La historia de Los Maños comienza allá por el año 1977, cuando José Marcuello comienza su andadura por los festejos populares de Aragón y alrededores. Pero no fue hasta 1988 cuando en compañía de sus hermanos se embarca en la compra de reses de Pepe Santolaya e ingresa en la Asociación de Ganaderos de Lidia.


Al poco tiempo, esta compra se vio frustrada y decidieron eliminarlo todo para comprar un lote de vacas y el semental «Listón» de D. Pablo Mayoral, de encaste Santa Coloma. Encaste que gustaba e ilusionaba a la familia y que a la postre, se ha visto que esa apuesta tendría su recompensa. Ya en 2007 decidieron refrescar la ganadería y lo hicieron con lo más puro de la rama Buendía. Compraron 20 vacas de Bucaré vistas tentar y un par de sementales, que dieron a la ganadería ese punto de raza y de transmisión que necesitaba.


Desde entonces, la familia Marcuello ha seguido fiel a este encaste y están llevando a Santa Coloma a lo más alto en muy poco tiempo. Y es que, el pasado 6 de octubre se cumplían 20 años del debut de Los Maños. Fue en la plaza de toros de La Misericordia con una extraordinaria novillada con cuatro ejemplares aplaudidos en el arrastre y que les sirvió para volver los años siguientes al coso zaragozano. 


Muchos han sido los éxitos cosechados desde ese año 2000, principalmente en el mercado de las novilladas donde Los Maños se han convertido en una garantía en plazas de primera categoría. Uno de estos éxitos fue el 7 de octubre de 2014 cuando «Quejoso» fue el primer novillo indultado en la historia de La Misericordia; hito que sin ninguna duda encumbró la ganadería y la puso en boca de todos los aficionados. El interés puesto en este hierro aragonés se ha visto refrendado en toros y novillos que permanecen en el recuerdo de muchos, como aquel «Saltacancelas» en Vic-Frezensac o en momentos tan emocionantes como esa arrancada desde la otra punta de la plaza de «Jardinero» en su tercera entrada al caballo en esta misma plaza francesa.

El éxito no llega por casualidad a esta familia aragonesa, sino que es fruto de un compendio de cualidades básicas y necesarias para triunfar en el difícil mundo de la ganadería de bravo. Afición, trabajo y exigencia, hacen el cóctel perfecto para que los «buendías» den lo máximo en todas las plazas. Una exigencia que según palabras del propio José Luis Marcuello es imprescindible: «la selección debe ser muy dura, porque si levantas el listón, poco a poco te hundes»


Prueba de ello es que apenas 10 o 12 hembras de cada camada pasan la dura prueba de un tentadero en el que se les exige un mínimo de 4 o 5 puyazos arrancándose desde más de 20 metros, y que después deben refrendar con un comportamiento en la muleta donde es imperdonable la falta de humillación. Pero lo más importante sin lugar a dudas, es la afición que mantiene unida a toda la familia en cada comparecencia de Los Maños por cada plaza que van y donde continúan generando ese interés que hace que esté resurgiendo la fé en el encaste Santa Coloma.

Desde estas líneas queremos agradecer a la familia Marcuello su inmejorable trato y su predisposición. Mucha suerte. 

Texto: RICARDO FUERTESVida de bravo Fotografía: NACHO BLASCO

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16/10/2020 0 comentarios
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Dicen que los toros se parecen muchas veces a sus ganaderos y en el caso de Victoriano del Río es así. El toro de esta ganadería ubicada en la sierra de Madrid, tiene fuerza, transmite, es noble… como dice Pablo del Río:  «Estamos quitando de otros sitios para dárselo a la ganadería. Lo que nos une en esta familia es el toro»Â y esto se nota, en el carácter de la familia y, por ende, en el de sus animales.

Hoy, después de una bonita entrevista publicada ayer en esta casa, le hemos pedido a Pablo que nos enseñe cómo están sus toros en el campo, cómo se encuentra el rey de la Dehesa después de un largo confinamiento. Nos ha enseñado las camadas de toros y cómo se encuentran estos en el campo.
«Hemos bajado la cantidad de comida que les damos a los animales que van a ser enviados a las plazas de manera próxima, pero no les hemos quitado el pienso en su totalidad»Â Â este es el único cambio que han notado los animales de esta prestigiosa ganadería a lo largo de estos meses de confinamiento. Una medida que busca mantener a los toros en perfectas condiciones para que una vez la situación lo permitan, puedan volver a saltar a las plazas en un perfecto estado de forma.
Además, preguntado por la esperanza que hay en su ganadería con esta difícil situación, se mostraba muy claro: «Tiraremos de donde haga falta para mantener esto (…) Esto es un modo de vida, no una empresa. Como digo, al ser un modo de vida, va dentro de los valores de la familia»Â Unos valores que se han transmitido de padres a hijos y de abuelos a nietos durante muchas generaciones y que continúan, a día de hoy, manteniéndose: «Mi padre es la quinta generación de la ganadería y vamos a intentar llegar a la sexta y ya hay también nietos por detrás que quieren y están ayudando»
31/05/2020 0 comentarios
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