Rafaelillo volvió a enfundarse el chispeante después del terrorÃfico percance que sufrió en Pamplona. Una reparación en su segunda casa, en Jaén, dónde la vida le ha dado tanto y a dónde Rafael debe tanto. Un festejo cargado de emoción desde el momento de su anuncio hasta que rompió el paseÃllo, con decenas de miles de mensajes de apoyo y ánimo al torero.Â
Un torero agradecido a una ciudad, a una afición y a la vida por darle una segunda oportunidad como publicaba en redes sociales. Una publicación que mostraba una atronadora ovación que le brindó el público al finalizar el camino que separa el patio de cuadrillas del palco presidencial. Unos instantes cargados de sentimientos, de emociones y sensaciones que sólo el diestro murciano entiende.Â
El público en pie en la plaza y también en casa; todos los actuantes en el ruedo para ovacionar al héroe que volvÃa a la vida, que volvÃa vestido de luces a enfrentarse en liturgia a la vida y la muerte, al toro. Rafaelillo volvÃa a los ruedos.