Hoy cumplirÃa 15 años de alternativa Iván Fandiño. Sin embargo, caprichos del toro o infortunios de la vida, tan sólo pudo cumplir once cursos y diez meses. Fue en su querido Bilbao dónde dio el salto al escalafón mayor, de manos de Julián López «El Juli» y con Salvador Vega como testigo. El Ventorrillo fue la encargada de las reses del festejo, con «AfrodisÃaco» para la ceremonia.Â
Curioso nombre del astado de alternativa de Fandiño, que hace referencia a Afrodita, diosa del amor en la mitologÃa griega. Un amor que Fandiño profesó a la tauromaquia y a su propia verdad, pero que tantas veces se le negó. Dicen que quién da cariño, recibe cariño, pero en el caso de Iván, no siempre fue asÃ. Su propio Bilbao querido le dio la espalda en muchas ocasiones y claro, sà en casa pasa esto… No pensemos fuera. Una historia de desencuentros, de desavenencias que forjan un carácter, una leyenda como es la de Fandiño.Â
Un hombre nacido para cambiar las reglas, para acabar con la tiranÃa que tantas veces impera en el mundo del toro: Desde empresarios, pasando por compañeros y llegando hasta periodistas… Fandiño las vivió todas en sus propias carnes. Siguió siempre adelante, su carácter y su verdad, le impedÃan tirar la toalla. Adopto el lema: «Antes morir, que rendirse» previo permiso de Santo Domingo Savio y, tomando una pequeña licencia sobre su original: «Antes morir que pecar».Â
El resto de la historia ya la conocemos a partir de qué arrancase el trágico paseÃllo en Mont de Marsan. Un dÃa negro en la historia de la tauromaquia, murió un revolucionario; un héroe para algunos y una grave molestia para otros. La historia juzgará, sà no ha empezado a hacerlo ya, el legado de Fandiño y de su apoderado Néstor. Dos hombres, dos historias, pero un único camino para ambos.Â