El 50 aniversario de la muerte de Pablo Ruiz Picasso ha tenido como acontecimiento histórico taurino la Corrida Picassiana donde Juan Ortega ha cortado dos orejas, después de cuajar a un buen toro de Ãlvaro Núñez y toreando muy despacio y en algún momento parando el tiempo. Buen ambiente en La Malagueta donde Cayetano y Aguado pasearon una oreja cada uno.
Ortega demostró esa despaciosidad en el quinto con las verónicas de recibo. Anunció que se venÃa una faena de toreo grande. Comienzo con pies juntos, para dar paso a una sinfonÃa de temple por el derecho. Buen toro de Núñez. Bordó el toreo, derechazos a cámara lenta. El público entregado. Estocada y dos orejas.
En el segundo toro Ortega estuvo templado ante un toro noble, pero que pronto se apagó. Faena de detalles y cargada de naturalidad. Muletazos sueltos de exquisita factura. Estocada. Ovación.
Tarde de toreo puro del sevillano, de tauromaquia añeja de un matador de toros escogido entre los llamados. Ortega ha vuelto a poner de manifiesto en La Malagueta, la grandeza de su tauromaquia, el pellizco que levanta de los asientos con apenas dos muletazos.
La corrida Picassiana fue un auténtico homenaje a Pablo Picasso, quién de haber visto torear a Juan Ortega, habrÃa incluido en su obra artÃstica el boceto y la esencia de un matador de toros que puede estar ante la temporada de convencer a los últimos reticentes.