El tercio de varas al cuarto de la tarde dejó la imagen de la grave cornada al picador José Ney Zambrano herido al caer de la montura. Una vez en el suelo, el animal hizo por él, haciendo carne y pegándole una fuerte paliza.
La actitud del varilaguero fue encomiable. Se revolvió cuando trataban de sacarlo del albero para dirigirlo a la enfermerÃa. Se agarró con fuerza hasta que se le permitió volver a la arena. AllÃ, con ayuda, tomó de nuevo la montura, antes de cumplimentar el segundo puyazo reglamentario.
El parte médico reconoce la gravedad de la herida. Dos extensas trayectorias que han provocado importantes destrozos musculares y que cerca estuvieron de aumentar la gravedad del percance. El asta del animal contundió la femoral, sin llegar a desgarrarla.Â
A caballo se dirigió a la enfermerÃa. Con vergüenza torera, el picador José Ney Zambrano abandonó el ruedo madrileño para ser intervenido por el equipo médico de la cornada. Â