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  • Paco Ureña ante su compromiso de Otoño: «¿Rivalidad? Siempre la hay»

    Paco Ureña es uno de los principales atractivos del abono de esta Feria de Otoño al regresar a la monumental de Las Ventas como triunfador de San Isidro. Lo hará en un mano a mano frente a Miguel Ángel Perera ante toros de Juan Pedro Domecq /Parladé, Núñez del Cuvillo y Victoriano del Río/Toros de Cortés el próximo domingo 29 de septiembre. El torero murciano que está cosechando una gran temporada ha hecho gala de su tauromaquia repleta de pureza y verdad en plazas de toros como las de Valencia, Nimes, Santander, Murcia, Almería o Bilbao, donde protagonizó una tarde que ya forma parte de la historia del toreo al cortar cuatro orejas en una misma tarde. Ureña es uno de los 15 toreros que han posado para la campaña de la Feria de Otoño y mostró sus ganas ante el compromiso de volver a Madrid como triunfador.

    Paco Ureña vuelve a Madrid por la Feria de Otoño y lo hace como triunfador de San Isidro. ¿Nunca dudó en que su presencia en el ciclo estaba garantizada?

    El compromiso es muy fuerte y la responsabilidad tremenda sea cual sea la fecha en la que estés anunciado en Madrid. Contando que este año se han dado las cosas muy bien en San Isidro y que he podido vivir tardes muy bonitas, soy consciente que volver a Las ventas por la Feria de Otoño pesa bastante. No lo he dudado ni un momento, pero es cierto que pesa más que nunca por el enorme compromiso que implica. Creo que los toreros tenemos que aceptar estos desafíos.

    Cuenta ya con 18 tardes Madrid desde que confirmó su alternativa en 2013. Desde entonces, 10 oreja en su esportón. ¿Siente que es un torero de Madrid?

    Tengo que seguir haciendo muchos más méritos para poder considerarme como un torero de Madrid: hacen falta muchos años y más méritos. Soy consciente del cariño que se me demuestra cada tarde en Madrid. Por este mismo motivo aumenta la responsabilidad porque sabes que tu toreo encaja en esa plaza, la más grande e importante del mundo. Todo esto conlleva tener las ideas muy claras y tener siempre presente los méritos que son necesarios para gozar de tal privilegio.

    La fórmula para su regreso ha sido la de un mano a mano con Miguel Ángel Perera, otro torero de Puerta Grande en la pasada feria de San Isidro. ¿Existirá esa competencia, esa rivalidad, que se espera en un mano a mano?

    Par mí será un honor torear un mano a mano con una auténtica figura del toreo como es Miguel Ángel Perera, algo que hace unos años para mí era impensable y más hacerlo en la primera plaza de toros del mundo. ¿Rivalidad? Siempre la hay, pero en mi caso no con los compañeros porque cada uno tiene su Tauromaquia, cada uno tiene su manera de interpretar el toreo, y mi rivalidad es conmigo mismo. Soy mi mayor enemigo; siempre estoy peleando contra mí. Esa es la rivalidad que tengo y el compromiso que tengo con la plaza y con Madrid.

    Está protagonizando una temporada verdaderamente importante. Una temporada en la que no deja de crecer: Madrid, Nimes, Bilbao, Valencia, Santander, Almería… ¿Estamos ante el mejor Ureña?

    No me gusta poner en mi boca esa típica frase de «estoy en mi mejor momento». Creo que el mejor momento es el que uno se va labrando día a día y en mi caso, ahora que estoy toreando más seguido, si es cierto que está existiendo una conexión mucho más próspera tanto con el toro como con el aficionado. Hoy sigo creciendo como torero y creo firmemente que todavía queda mucho camino para ver a ese «mejor Paco».

    El triunfo en Madrid ya llevaba tiempo rondándole. Un triunfo que se había quedado cerca muchas tardes. Imagino que llegaría a sentir alivio y alegría. La tarde de Bilbao fue impresionante por todas las emociones que desprendió y el poso histórico que dejó. ¿La mejor tarde de su carrera?

    Fue una tarde muy bonita; una tarde en la que anduve muy equilibrado mentalmente. Muy metido en la tarde. Hice el toreo que siento, ese toreo que no siempre aflora. Se vivieron momentos muy intensos y soy consciente de que ya es una tarde histórica. Pensar que fue en 1964 cuando Manuel Benítez ‘El Cordobés’ sería el último matador en conseguir cortar cuatro orejas en Bilbao me llena de orgullo. Es muy difícil, casi un milagro.

    Hablamos ahora de la campaña y es regreso al pasado. Un disparo con el que quedan retratados todos los defectos y virtudes de una instantánea. Esta técnica no deja de ser un paralelismo con el arte del toreo, en el que la improvisación y el arte es efímero pero, al mismo tiempo, eterno.

    Es la magia del momento. Al final puede que esa foto no sea perfecta, pero tiene magia. Creo que ahí reside el misterio, en la imperfección de muchas cosas. En no ser perfecto. En que todo fluya en el momento presente.

    Verdad, pureza, autenticidad, clasicismo… ¿Con qué adjetivo describiría su toreo?

    ¿Mi toreo? Siempre con el compromiso. Compromiso con el toro y con un público que paga una entrada para ver torear a Paco Ureña. Lo demás, ya lo cuentan ustedes.

    Esta Feria de Otoño ha conseguido conjugar a figuras del toreo ya consagradas con jóvenes valores que vienen arreando muy fuerte. ¿Es este otro atractivo del serial?

    A mí me gustan muchas las combinaciones de la feria. Me encantan todos los toreros que van a trenzar el paseíllo en la Feria de Otoño porque son toreros que vienen en un momento muy bueno y precedidos por triunfos muy bonitos e importantes. Una feria en la que se encontrarán, además, conceptos muy distintos y toreos que se han ganado estar en Madrid. Como aficionado, tengo ganas de verlos a todos.

  • Gonzalo Rincón, la figura que engendró a la leyenda

    Hace unos pocos días había quedado a comer con mi buen amigo Bartolomé Bernal, fotógrafo y colaborador de esta casa, cuando me dio la sorpresa de hacerme compartir mesa con su gran amigo Gonzalo Rincón, padre del matador de toros césar Rincón. Entre los muchos temas sobre los que conversamos, hubo uno sobre el que quisimos hacer hincapié y al que accedió gustoso; ¿Cuál es el papel del padre de un torero? Me sorprendió conocer el papel activo que desempeñó Gonzalo durante toda la carrera profesional de su hijo, pero, sobre todo, quedé impresionado al escuchar hablar emocionado a Gonzalo sobre los inicios de César en el toro y todos los esfuerzos que tuvo que realizar por él. Una vida sin ningún tipo de lujo y con todo tipo de necesidades hacen que el padre del torero valore la vida de otra manera: “He trabajado mucho desde niño y eso te da la grandeza de ver el mundo de otra forma”.

    Gonzalo nace en el seno de una familia humilde de Colombia. A los ocho años es necesario que comience a trabajar para poder aportar dinero a la familia, por lo que a penas pudo estudiar. Sin embargo, el desarrollo de su vida le ha proporcionado una educación, unos conocimientos y una planta que nada tiene que envidiar a personas con estudios. Primero comenzó trabajando en albañilería con su padre; profesión que desempeñó durante años antes de dar el salto a la Hacienda pública y un año después, pasa a trabajar dentro del Partido Conservatismo Popular, liderado entonces por Fernando Sanclemente Molina. Es aquí dónde se forja como orador, aprende a desenvolverse en toda clase de situaciones y dónde su arrojo lo llevó a ser el presentador del político en un mitin en que faltó el orador principal: “Quién con lobos anda, a aullar aprende” comenta entre risas Gonzalo, al que siempre acompañaba su cámara de fotos y que tantos momentos importantes ha captado dentro y fuera del mundo de la tauromaquia, aunque destaca dentro, ya que dedicó muchos años de su vida a la fotografía taurina.

    La afición por el toro le vino desde niño, tras ver la película: “Fiesta Brava” dirigida por Richard Thorpe. A partir de aquel día fue tomando parte en la fiesta de los toros, construyendo con su propio padre una pequeña plaza de toros en la que poder empezar a torear. Los trastos los hacía con harapos que compraba o encontraba. Autodidacta desde sus inicios, se convirtió en un romántico, gustando la pureza y la técnica por encima de otros muchos aspectos. A día de hoy, muchos son los novilleros que se maravillan al verle pegar unos pases a una becerrita, las buenas formas y la técnica, hacen de cada tanda una delicia. Cuando César empezó a torear y a querer dedicarse al toro, Gonzalo pidió permiso en el trabajo para poder salir antes y enseñar a su hijo a torear, permiso que por supuesto, le fue concedido. Además de acabar de trabajar e ir a entrenar con César, Gonzalo se levantaba a las 4:00 de la mañana para repartir periódicos y con ese dinero de más, poder comprar los primeros trastos de su hijo. Añadía: “Sí no ganaba dinero mi familia no comía”. Además, en el año 82 sufrió un durísimo revés, con César haciendo temporada en España, un incendio en su casa acabó con la vida de su mujer y de una de sus hijas, Sofía.

    A los once años de edad, comienza a apoderarlo “El Bogotano” quien les invita a ambos a ver un tentadero en el que actuaban Paco Camino y Manzanares padre. Alberto Ruiz le invita a dar unos pases a una becerrita, dejando encandilados a todos los que allí se encontraban. Tanto es así, que el maestro Camino hizo guardarse a todos los novilleros para que César Rincón tentase la becerra. Al acabar, Paco Camino se acercó a Gonzalo y le dijo: “Ese niño va a ser figura del toreo”. Recordaba Gonzalo, emocionado, pero con una gran sonrisa cuando su mujer, María Teresa, le decía a su hijo: “Sí no haces caso a tu padre, no llegarás a ser figura del toreo” y así fue, cuánta razón tuvieron ambos.

    A los catorce años Pedro Domingo decidió traerlo a España para que debutara con caballos y no fueron pocos los que quisieron apoderar a ese niño prodigio que le debía prácticamente todo a su padre. Se asentó en la ciudad de Córdoba, donde dio sus primeros pasos. Después se mudó a Madrid, en donde vivió en un pequeño apartamento rodeado de prostitutas y desde dónde acudía a entrenar todos los días a la Casa de Campo. En el año 82, el fatídico accidente en su casa, hizo que volviese a Bogotá donde ese mismo año recibió la alternativa de manos de Antoñete y con José María Manzanares como testigo. A partir de aquí ya conocemos todos la historia de César Rincón, una figura de época que aun ostenta el récord de puertas grandes en una misma temporada en Las Ventas; un total de cuatro. Comentaba Gonzalo que en una ocasión escuchó Pepe Dominguín decir: “Lo de César es como hablar con Dios y que te conteste”. El momento más duro como padre del torero lo vivió en Palmira dónde por los chorros de una femoral rota se escapaba la vida de su hijo mientras el sostenía con una mano el suero. “No tenía voz. los ojos de César estaban vidriosos, la piel amarilla. El médico del hospital estaba atendiendo un parto, lo dejó todo para atender a César” añadía que el galeno le comentó “Un minuto más y lo perdemos”. En una de las transfusiones que fueron necesarias, se le infectó con la Hepatitis C, motivo que más adelante hizo retirarse al espada.

    Esta es la figura de Gonzalo Rincón, un hombre entregado a su familia y a su hijo César, por el que hizo todo lo que podía y más, por el que se desvivió en su deseo de ser figura del toreo. La historia de Gonzalo Rincón está tan ligada a la de su hijo César, tanto que sin conocer la primera, resultará imposible comprender la segunda.

  • Todas las declaraciones de Paco Ureña tras abrir la puerta grande de Madrid

    Paco Ureña analizaba su triunfo en la catedral del toreo, al término del sexto toro de la tarde al que desorejó. El primer mensaje fue para el banderillero «Pirri» herido en la pasada Corrida de la Beneficencia, al que iba a visitar tras tener que someterse a una serie de pruebas radiológicas, fruto del percance sufrido en el tercer toro: «Me voy a ver a nuestro Víctor Hugo ‘Pirri’ y luego ya que me vean a mi» Acto seguido agradecía el triunfo a su familia: «Hoy ha sido un día muy bonito y quiero agradecer a todo el mundo que me ha apoyado. No tengo palabras, se lo dedico a mi madre, mi familia, mi mujer y a todos los que han hecho posible que esté aquí».

    Por último, hacía referencia al público que abarrotaba el coso de la calle Alcalá, que tanto disfrutó con su toreo: «Estoy muy feliz, porque el aficionado ha disfrutado».
  • Fernando Robleño: «Lo más importante de todo esto es que parece que otra vez se me vuelve a abrir el camino»

    Tras casi 20 años de alternativa Fernando Robleño comienza la temporada 2019 en primera línea de salida con tres tardes en Madrid, la primera de ellas el Domingo de Ramos con los toros de Victorino Martín.
    Es bonito, es importante, disfrutando de ello y a la vez responsabilizado porque no cabe duda que se me presentan tres tardes importantes. Además son corridas que hay que estar preparado, primero la de Victorino y luego en feria la de Escolar y la de Valdellán, son tres ganaderías que van a exigir un máximo esfuerzo. Contento de estar ahí y deseando que rueden las cosas.

    Mejor colocado que años anteriores y de ello tiene la «culpa» la tarde que dejaste en los desafíos ganaderos de septiembre con esa faena al gran toro de Valdellán.
    No cabe duda que cuando terminé la actuación estaba muy caliente y no intuía que iba a tener la importancia que ha tenido. Ha pasado ya bastante tiempo y los aficionados que ahí la vivieron siguen hablando de esa tarde y de esa faena en sí. Yo no había visto las imágenes hasta hace bien poco y viéndolo a toro pasado fue una faena muy importante, de mucha magnitud y conseguí torear bonito, como últimamente estoy ahondando en ello y dada esa importancia es cierto que estoy anunciado por esa tarde, sino yo creo que solamente hubiera estado anunciado una tarde. Agradecido a aquella tarde y toca mirar hacia delante, la gente dice, qué bien tres tardes, pero son compromisos que me los he ganado y no olvidemos que son tres corridas de tinte torista y tres corridas que ahí están para el que se atreva. Es una responsabilidad pero una gran ilusión, me estoy preparando como siempre.

    Valdellán debutaba en esta plaza en los desafíos ganaderos y se ganó estar presente en San Isidro. Importante premiar a esos hierros y a esos encastes que llevan tanta lucha detrás y que no gozan de tantas oportunidades.
    No cabe duda y más este tipo de encastes que tienen tantas dificultades para lidiar, el ganadero estará contento, es un premio. Los toros que lidió tuvieron un comportamiento bastante bueno y sirvieron los tres, ahora le toca recoger los frutos y yo estaré preparado para esa corrida de San Isidro.

    En estos 19 años que llevas de alternativa has hecho el paseíllo hasta 44 tardes en Las Ventas. Todos los años has estado presente en Madrid y salvo un año que lidiaste solamente una tarde, el resto dos y tres festejos. Eso es complicado aún siendo torero de Madrid.
    Y tanto que es complicado, se me han puesto los pelos de punta al escuchar esos datos. Además no son 44 tardes, sino qué 44 corridas. Hace tiempo no me gustaba conocer estos datos pero no me voy a quitar méritos. Tiene su valor el aguantar el tirón, aguantar que los aficionados te sigan queriendo ver, eso es síntoma de que he evolucionado dentro de las dificultades con las que me encuentro muchas tardes, a veces es difícil poder torear como uno siente el toreo. Me siento contento y orgulloso de la trayectoria profesional que estoy llevando en Madrid y donde me dan la oportunidad de torear. Lo más importante de todo esto es que parece que otra vez se me vuelve a abrir el camino y ojalá ahora ayuden los toros, lo demás lo pondré yo. Uno recoge lo que es capaz de hacer delante del toro y el día que llega la hora es el día que hay que triunfar, estar al 100%.

    Conoces muy bien la ganadería, tu segunda Puerta Grande en el año 2002 vino de la mano de este legendario hierro y compartirás cartel con dos compañeros que conocen bien esta divisa.
    Es un cartelazo para el aficionado. De la ganadería de Victorino no vamos a descubrir nada con la vitola que tiene, la categoría que tiene y los triunfos que ha dado. Mis dos compañeros están en un momento enorme y es bonito poder medirme con toreros que salen nuevos. Todo en el papel apunta a que puede ser una tarde grandiosa. Yo personalmente me he enfrentado a más de 25 corridas de Victorino y he tenido de todo. Me acuerdo esa Feria de Otoño de 2002 donde triunfé y ante los toros de Victorino hay que estar sobre todo preparado. Es un toro que para buenas es un toro muy importante y para malas es un toro muy exigente y que requiere mucho esfuerzo. Vamos a pensar en que va a ser una tarde importante y ojalá sea un día inolvidable para el aficionado.