
Sebastián Castella: palmas / silencio

Sebastián Castella: palmas / silencio

Una gran tarde de toros vivieron los miles de aficionados que llenaron la plaza de Murcia en la tercera corrida de la feria. La vuelta de Pepin Liria creó una expectación inusitada y la corrida respondió a las expectativas, saldándose con nueve orejas y los tres espadas a hombros. El Fandi fuel triunfador numérico al cortar cuatro orejas. Tres cortó Roca Rey y dos Pepín Liria en una tarde que para él era de reencuentro y despedida.
FICHA:
Se lidiaron toros de Victoriano del Río, bien presentados. Destacó el primero,
Pepín Liria, dos orejas y ovación.
El Fandi, dos orejas y dos orejas.
Roca Rey, dos orejas y oreja.
COMENTARIO:
Pepin Liria hizo una declaración de intenciones al irse a portagayola a recibir al primero de la tarde. Su plaza vibró con ese momento y con el farol de rodillas que siguió. Comenzó la faena con pase cambiado por la espalda y muletazos mirando al tendido. Siguió una serie diestra con reposo, citando de lejos. Pepín jugó muy bien con la distancia y ligó otras dos series templadas que tuvieron compostura. También al natural logró ligar un par de series buenas dejando la muleta muy bien en la cara. El final con un circular invertido y toreo de cercanía calentó el cotarro. Mató de estocada y le fueron concedidas dos orejas.
El cuarto salió enterándose y Pepin logró hacerlo romper en el capote, aunque el animal no se entregaba. Al sentir la puya manseó descaradamente y fue de caballo en caballo en constante huida. Puso en jaque a los banderilleros y en la muleta fue una auténtica pesadilla para el torero. Ni uno tuvo el de Victoriano, que puso en peligro la integridad de Pepín en cada intento. Difícil hasta para entrar a matar, fue el garbanzo negro de la tarde. Un toro imposible.
El Fandi recibió al segundo de la tarde con dos largas cambiadas y también se lució en un quite por navarras. Puso banderillas, destacando el tercer par al violín. El toro no se entregaba en la muleta y Fandi se mostró solvente, sacando todo el partido de un animal que no resultó fácil. Profesional y entregado, se mostró muy superior a un toro de embestida variante y compleja. Terminó con desplantes y alardes de rodillas y mató de buena estocada. Dos orejas.
Fandi puso un toque espectacular con el capote en un quite por zapopinas. Siguió calentando el ambiente en banderillas y comenzó la faena con las dos rodillas en tierra toreando en redondo. A partir de ahí el toro repuso mucho y le obligó a perder pasos, a pesar de ello Fandi le dio fiesta en una labor entregada en la que extrajo todo el jugo a este quinto de la tarde. Mató de estocada de efecto fulminante y cortó otras dos orejas.
Roca Rey recibió al tercero con chicuelinas en los medios. Cuidó al toro en el caballo y comenzó la faena con estatuarios de los que el de Victoriano Del Río salía muy suelto. La poca fuerza del animal condicionó la faena, desluciendo en principio los intentos del peruano, que en la fase final de la faena logró un puñado de naturales de buen trazo y mucho temple. Después echó rodilla a tierra y toreó con la derecha largo y templado, ganándose a la plaza con su valor y entrega. Fue una faena inventada que tuvo enorme mérito. Mató de metisaca y estocada.
En el sexto Roca Rey toreó con suavidad de capa y de nuevo no quiso que castigaran al toro en el caballo. Comenzó la faena con muletazos por alto agarrado a las tablas. Cuando toreó en redondo el toro protestó más pero a base de temple lo fue haciendo, logrando buenos muletazos al natural. Cuando el toro se acabó se pegó un serio arrimón, culminando de esta forma una actuación de superioridad. Mató de estocada y cortó una oreja.

Paco Ureña ha dado una gran tarde en la segunda de la feria de Murcia, donde ha cortado cuatro orejas, saliendo a hombros en compañía de El Juli, que también alcanzó un buen nivel y cortó dos orejas del segundo de su lote. Manzanares no pudo unirse al triunfo al no tener colaboración en su lote.
FICHA:
Se lidiaron seis toros de Daniel Ruiz, el sexto sobrero del mismo hierro, bien presentados y que dieron juego en conjunto. Destacaron tercero y cuarto.
El Juli, ovación tras petición y dos orejas.
Manzanares, ovación y ovación.
Paco Ureña, dos orejas y dos orejas.
PARTE MÉDICO: El banderillero Rafael Rosa fue atendido en la enfermería de «contusión por cornada en hemitórax izquierdo a nivel de los 9º-10º arcos costales izquierdos con hematoma a dicho nivel. No crepitación. Contusión torácica izquierda. Pronóstico reservado pendiente de estudio radiográfico».
El Juli manejó con facilidad el capote en el primero de la tarde tanto en el recibo como en el quite, sobresaliendo las medias de remate. La faena la inició ordenando la embestida del toro, dejando algunos derechazos verticales y reposados. Por el izquierdo, de uno en uno, también logró buenos muletazos, ligando por alto y sin moverse cuando se quedó en terreno de cercanía. Su aguante llegó al público, calentando también en el epílogo con circulares invertidos. Mató de pinchazo hondo y descabello y le pidieron la oreja, pero el presidente no la concedió.
Juli brindó al público el segundo de su lote y comenzó la faena doblándose con temple. Ligó bien con la derecha, consintiendo y templando mucho en las dos primeras series. En la tercera bajó mucho la mano y cambió a la zurda para dejar una serie de verticalidad y relajo. Atacó más en la fase final, culminando una faena seria e importante. Mató de gran estocada y cortó dos orejas.
El segundo de la tarde salió dormido y manseando, pero pareció despertar en el capote de Manzanares, que lo toreó con entrega a la verónica. El toro siguió manseando y en banderillas golpeó al banderillero Rafael Rosa, al que dejó sin aliento con una contusión en las costillas. El de Daniel Ruiz pareció despertar en la muleta, pero después de que Manzanares ligara la primera serie se quiso ir, rehusando la pelea y buscando descaradamente chiqueros. En ese terreno lo intentó el alicantino pero nada pudo hacer. Mató de pinchazo y estocada y fue ovacionado.
Manzanares se lució en el recibo de capa al quinto. Al toro le costó humillar y entregarse en la muleta. Lo fue haciendo el torero en las primeras series, pero el animal no prestaba emoción a los intentos de Manzanares. Labor sorda en la que sacó todo el partido a su oponente y que remató de media fulminante.
El tercero fue devuelto por problemas de visión. Se corrió turno y salió el segundo de su lote, al que Paco Ureña recibió de capa con mucha entrega, luciéndose también en un quite por gaoneras en los medios. En ese mismo terreno comenzó la faena, que brindó al buen aficionado Pepe Ojados, toreando al natural con aguante a un animal que no resultó facil porque probaba. Fue al torear con la derecha cuando llegaron los mejores momentos de la faena. Toreo de mano baja, largo trazo y firmeza. Cuando el toro se agotó, Ureña se pegó un serio arrimón que terminó incluso de rodillas. Mató de estocada y fue premiado con las dos orejas.
En sexto lugar salió el sobrero y Ureña se lució en un galleo para poner el toro en el caballo, donde fue medido. Brindó al público y comenzó la faena en los medios tragando mucho a un toro que soltaba la cara en molestos tornillazos. Dio dos series así con mucho mérito y en la tercera ya había corregido el defecto del toro a base de aguante en una labor de mucha importancia. Al natural también le pudo a su oponente antes de terminar con bernardinas ajustadísimas. Mató de estocada y cortó otras dos orejas, completando una tarde de mucho calado.
Si hay toro, hay emoción. Cuatro toros de categoría salieron hoy al ruedo venteño. Fernando Robleño cortó una oreja que vale por un triunfo en la capital madrileña. Venegas dejó destellos sueltos y Cristian Escribano cortó una oreja por una estocada que puede ser la mejor del ciclo venteño. Al término del festejo el público obligó a saludar a ambos mayorales
Con suavidad recibió al primero de la tarde y primero de Saltillo Cristian Escribano, que alteró el orden normal de lidia al confirmar la alternativa. Tres varas tomó el animal, que no ofreció un gran espectáculo en este tercio. En la muleta llegaron los mejores pasajes sobre la diestra, sobre todo la segunda tanda. No terminó de tomar vuelos. Se tiró a matar de verdad dejando la mejor estocada del curso en Madrid, valiéndole esta una oreja.

Rafaelillo y Sebastian Castella salieron a hombros en la primera corrida de la Feria de Murcia, que quedó en mano a mano por ausencia de Cayetano. Rafaelillo logró cortarle las orejas al quinto y Castella logró una oreja del cuarto y otra del sexto, compartiendo la salida a hombros. Ambos estuvieron por encima de la corrida de Parladé.
FICHA:
Se lidiaron toros de Parladé, bien presentados y de juego desigual. Destacaron primero, cuarto y sexto, aunque se vinieron abajo.
Rafaelillo, ovación tras aviso, silencio tras aviso y dos orejas.
Sebastián Castella, ovación, oreja y oreja.
Rafaelillo recibió al primero de la tarde con dos largas cambiadas y buen toreo a la verónica, intercalando chicuelinas al final. Comenzó la faena con muletazos por alto a los que siguieron buenos remates por bajo. Rafaelillo templó y gustó en las series diestras, aprovechando la buena embestida del de Parladé por ese lado. Menos fluido resultó el toreo zurdo pero cuando volvió a la derecha dibujó muletazos más verticales y estéticos. Mal con la espada, perdió el triunfo y fue ovacionado.
Al segundo de su lote lo recibió a portagayola. El toro manifestó falta de fuerza y fue cuidado en el caballo. Rafaelillo comenzó la faena de rodillas y tuvo que administrar a un toro muy medido de fuerza. Lo hizo con talento pero sin conseguir que la plaza vibrara. Por eso echó mano de recursos como molinetes de rodillas ante un toro cada vez más apagado y deslucido. De nuevo falló con la espada.
El murciano calentó el ambiente con el capote en el quinto, en el recibo y en un quite. Brindó la faena al empresario Ángel Bernal y comenzó con las dos rodillas en tierra. Supo administrar bien la nobleza del de Parladé en una faena con buenos pasajes por ambos pitones hasta que el animal se acabó. Entonces él acortó distancias y se dio un serio arrimón, terminando con desplantes y otros alardes.
Sebastián Castella toreó a la verónica y galleó por chicuelinas con facilidad en el segundo de la tarde. Comenzó la faena con ayudados por alto y se encontró con un toro aplomadito que no prestaba emoción. El francés lo intentó sin resultado. Mató de buena estocada y fue ovacionado.
Castella estuvo muy dispuesto con el cuarto intentando alargar las embestidas del toro. El de Parladé no rompió y se puso cada vez más a la defensiva, desluciendo los intentos del torero que no tiró la toalla hasta apurar las embestidas en una labor de porfia y mérito. Mató de estocada y cortó una oreja.
El sexto no dejó lucir con el capote a Castella, que comenzó la faena de muleta con estatuarios tragando y aguantando mucho, seguidos de una buena serie con la derecha. Pronto se vino abajo el toro y Castella se mantuvo firme hasta sacarle todo el partido en una labor insistente y meritoria. Mató de estocada y dos descabellos.

Hermoso de Mendoza: silencio / ovación
Lea Vicens: palmas / oreja
Guillermo Hermoso de Mendoza: oreja oreja.

El Juli: saludos / saludos
José María Manzanares: saludos / dos orejas

FICHA:
Seis novillos toros de Adolfo Martín, de interesante comportamiento. Destacó el tercero.
El Adoureño, pitos y silencio
José Rojo, silencio y ovación con saludos.
Héctor Gutiérrez, vuelta al ruedo y palmas.
Saludó en banderillas José María Lázaro.
COMENTARIO:
El novillero francés El Adoureño tuvo un primer novillo algo molesto por embestir al paso y no consiguió acoplarse con él, fallando también con la espada, lo que enfadó al público. En el quinto tampoco pudo lucirse e incluso fue volteado, por fortuna sin resultar herido. Fue silenciado.
José Rojo se las vio con un ‘adolfo’ noblón pero algo rajadito. El novillero pudo dar algún natural suelto en una faena en la que puso voluntad pero que estropeó con una estocada caída precedida de dos pinchazos. Se fue a portagayola en el quinto, al que banderilleó, destacando el último par al quiebro. Este novillo tuvo complicación, sabía lo que se deja detrás, y el novillero estuvo firme. Mató con fe y hubo petición pero todo quedó en ovación.
Héctor Gutiérrez demostró valor ante el tercero, un novillo que tuvo clase, pero no permitió errores. El novillero mexicano estuvo siempre con mucha verdad, por encima de su enemigo. Una labor seria, de importancia, para la que se pidió una oreja, quedando el premio final en una vuelta al ruedo.
Toreó muy bien con el capote ante el sexto, tanto en los lances rodilla en tierra de saludo como a pies juntos. El novillo fue reservón, quedándose abajo hasta propinarle una voltereta. Gutiérrez respondió con entrega y verdad e impuso su ley. Sin orejas, su actuación de Gutiérrez tuvo mucha importancia.

Morante de la Puebla: silencio / palmas
José María Manzanares: silencio / ovación

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