Sergio Hueso

Esta próxima semana se descorcha esa ruta taurina que recorre el norte de España. Comenzará en San Sebastián el próximo 13 de agosto, y durante este mes pasará por numerosos cosos situados en el norte peninsular. Bien es cierto que Santander lo inauguró la pasada semana, pero será ahora cuando coja ritmo la temporada taurina.

Quizás se pregunten porque estoy incidiendo tanto en las ferias de este punto peninsular, y resulta que curiosamente la parte norte de España no da apenas toros hasta el mes de agosto. Es algo que cuando me hice aficionado a este mundo me llamo la atención, porque además de que desgraciadamente se ofertan pocos espectáculos taurinos, se celebran todos en el mes más vacacional del año.

Allí, existe una afición de lujo, y además quien ha tenido la suerte de ir a ver alguna de esas ferias, se vive un ambiente que recoge tradición, personalidad y marca propia de una tierra única. Además, el clima, generalmente, consigue evadirte de las altas temperaturas que registran la mayoría de cosos españoles.

Pero este año tenemos un grave problema con Gijón. El coso “El Biblio” no dará toros. Todo porque a una señora llamada Ana González se le pasó por la cabeza prohibir una fiesta que registraba llenos absolutos en cada una de las tardes que se abrían las puertas del coso gijonés.

Empezó a inventarse excusas que no tenían sentido. Primero, que el nombre de un toro podía herir los sentimientos de algunas personas. Después, que el coso no contaba con las medidas necesarias para albergar espectáculos. Algo que posteriormente se demostró que era mentira.

El único objetivo de esta señora era prohibir una fiesta que en su ciudad (a la que dice querer y respetar) genera muchos miles de euros, y en la que una gran cantidad de sus ciudadanos acudían cada tarde a disfrutar de las máximas figuras que pasaban por el albero de esta ciudad marítima.

Por suerte, el próximo año se agota su legislatura, y estoy convencido de que en las urnas no tendrá gran éxito después de los numerosos conflictos que ha generado en su ciudad, además de los taurinos. Por tanto, al año que viene seguro que “El Biblio” vuelve a oler a toro bravo. Ojalá y que así sea…

Nos encontramos a menos de un mes para que el sueño de muchos seguidores se cumpla. Estoy hablando de Emilio de Justo (que tras la trágica cogida de Madrid se vio obligado a parar en seco su temporada). Será el próximo 28 de agosto en un cartel de máxima responsabilidad, el escenario que ha elegido será la plaza de toros de Almería.

Se fue en el momento en el que tenía una carrera torera ascendente y en uno de sus mejores momentos. Pero su primer toro de la encerrona le partió la temporada, y le arrebató los sueños que tenía planteados para este año (que comenzaba con esa gran gesta que se propuso aquel domingo de ramos).

La rehabilitación ha sido exitosa junto a su gran equipo de médicos, pues cabe destacar que ha sufrido una lesión de gravedad, que podría haber tenido un desenlace mucho peor. El torero ha puesto todo de su parte para ser capaz de reaparecer cinco meses después, y así lo ha logrado.

En muchas tertulias taurinas se comenta sobre el estado de Emilio, y ahora tocará esperar para ver si vuelve como se fue o esté obligado parón le dificulta para coger el ritmo a la temporada.

Sus compromisos no solo se reducen a la reaparición de Almería. Pues sus apoderados le han preparado un bonito final de temporada por plazas de segunda y tercera categoría. Aunque también pisará algún coso de primera, pero como bien dicen sus personas más cercanas, viene de una grave lesión y lo mejor será ir de menor a mayor para ir cogiendo el pulso a la temporada después de estar cinco meses sin ver la cara al toro y portando un corsé.

El verano taurino en el coso venteño, está albergando gran cantidad de personas cada jueves para presenciar las novilladas organizadas por la empresa. La iniciativa del proyecto “Cénate Las Ventas” está consiguiendo que una gran cantidad de jóvenes se acerquen a pasar la noche en un ambiente taurino.

Cabe destacar que, con el antiguo formato, no eran más de 3000 los aficionados que se acercaban los domingos por la tarde. Pues lógicamente un domingo de verano sentarte en la piedra no era una tarea fácil con el calor como acompañante.

La empresa estructuró un formato nocturno, y con la opción de probar la gastronomía madrileña, y gracias a esta iniciativa, estamos registrando unas entradas de más de 7000 espectadores cada jueves, una cifra muy buena. Teniendo en cuenta que nos encontramos en época vacacional y estamos hablando de novilladas, no de corridas de toros.

Cabe destacar que en los tendidos llama la atención la gran cantidad de jóvenes que los ocupan. Muchos critican que van por la fiesta de después en las terrazas, pero yo soy de los que opino que de esta manera se crea afición. Muchos de esos “nuevos aficionados” van con la idea de cenar en las terrazas, y mientras visualizan la novillada, aprenden y se toman interés por la siguiente. Son muchos los que se acercan a los puestos preguntando por cómo conseguir entrada para el próximo festejo. Este simple gesto, hacía años que no se veía.

La sociedad evoluciona, y como tal la tauromaquia debe hacerlo de la misma manera. Por tanto, no veo impedimento en que cualquier aficionado pueda ir a disfrutar del festejo, y durante el mismo deguste alguna tapa tradicional de Madrid. Estamos en una época, en la que no podemos reducir el espectáculo taurino al simple hecho de la corrida de toros, hay que ir más allá y buscar el enganche de la gente tal y como hacen el resto de espectáculos.

Ya lo vimos la pasada feria de San Isidro, que la plaza de llenaba hasta la bandera, pero tras el festejo la música y el ambientillo en las terrazas no se quedaba atrás. Creo que es una de las mejores maneras de hacer afición.